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El Nombre de Dios

El nombre de Dios.

[Relato Religioso. 80.]

Si llegaramos a pensar un poco sobre el asunto de que todo tiene un nombre, nos daríamos cuenta que el universo entero está lleno de nombres. Las estrellas conocidas tienen nombres, los planetas y todo cuanto hay en los cielos. También sobre la Tierra todo tiene nombre, desde los lugares, las plantas hasta los animales y podemos agregar a las personas que hasta tenemos tarjeta de identificación personal que se require en muchos países del mundo. Los señores importantes, ya sean miembros de gobiernos o funcionarios de organizaciones e incluso usted amigo lector es un señor o una señora, lo cual sirve para identificarlo respetuosamente y tiene un nombre personal que lo puede diferenciar de otro individuo. También los profecionales, tales como los doctores, arquitectos, ingenieros, maestros, además de esos títulos, tienen nombre personal. ¿Qué hay entonces del nombre personal de Dios, el Creador de todas las cosas que existen en el universo, incluyendo todo lo que hay sobre la Tierra?.

Tome su Biblia, por favor, y tenga la bondad de abrirla en el Salmo 83, verso 18, [82:19 en algunas veersiones]. ¿Qué nos dice este versículo?. ‘La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras’ dice: “Para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”. Otras Biblias lo traducen más o menos igual. Pero hay muchas que dejan fuera el nombre Jehová y lo cambian por títulos como “Señor” o “Eterno”. Entonces, ¿qué debería aparecer en este pasaje, un título o el nombre de Dios: “Jehová”?.

En el citado texto bíblico se menciona un nombre propio. En el texto original [escrito en hebreo, al igual que la mayor parte de la Biblia], hay un nombre propio muy singular. Este nombre se escribe con las letras hebreas que corresponden en español a las letras YHWH. Las formas habituales de adaptarlo a nuestro idioma son Jehová y Yavé. ¿Aparece este nombre en un solo lugar de la Biblia?. De niguna manera, pues se encuentra casi siete mil veces en las Escrituras Hebreas y siete mil doscientas dieciseis veces en toda la Biblia.

¿Cuánta importancia tiene el nombre divino?. Pensemos en el padre nuestro, el modelo de oración que nos dejó Jesucristo. Comienza asi: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. [Mateo 6:9]. Algún tiempo después de haber enseñado esta oración, Jesús rogó a Dios: “Padre, glorifica tu nombre”. Y el Creador le respondió desde el cielo: “Lo glorifiqué y también lo glorificaré de nuevo”. [Juan 12:28]. Por lo tanto, queda claro que el nombre de Dios es importantísimo. Entonces, ¿por qué lo han sacado algunos traductores de sus versiones de la Biblia y lo han sustituído por títulos?.

Al parecer hay dos motivos principales. Primero, muchos afirman que no debemos usar el nombre divino, ya que desconocemos cómo se pronunciaba. Dado que el hebreo antiguo se escribía sin vocales, hoy nadie puede deir con seguridad cuáles se utilizaban al pronunciar las letras YHWH en tiempos bíblicos. ¿Deberíamos negarnos por eso a emplear el nombre divino?. Pues bien, en tiempos bíblicos, el nombre Jesús probablemente sonaba algo así como Yeshúa o Yehoshúa, nadie puede asegurarlo. Sin embargo, por todo el mundo se usan diferentes formas del nombre Jesús, que se pronuncian de la manera usual en cada idioma. Aunque la gente desconoce cómo se pronuncia ese nombre en el siglo primero de nuestra era común, no se duda en usarlo. De igual modo, si usted viajara al extranjero, vería que su nombre suena diferente en otras lenguas. Por eso, el que no sepamos con seguridad cómo se pronunciaba el nombre de Dios en la antigüedad no es razón para negarse a usarlo.

La segunda razón que suele darse para suprimir en las Biblias el nombre de Dios tiene que ver con una antigua tradición de los judíos. Muchos de ellos creen que nunca debe pronunciarse el nombre divino. Todo indica que esta opinión se debe a una aplicación errónea del siguiente mandamiento: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna, porque Jehová no dejará sin castigo al que tome su nombre de manera indigna”. [Exodo 20:7]. Ciertamente, este mandato prohíbe utilizar el nombre de Dios. Pero, ¿impide usarlo con respeto?. De ningún modo. Todos los escritores de la sección hebrea de la Biblia [el “Antiguo Testamento”], eran hombres fieles que obedecían la Ley que Dios entregó a los israelitas. ¿Qué hicieron esos escritores leales con el nombre divino?. Lo usaron con frecuencia. Por ejemplo, lo incluyeron en muchos salmos que cantaban en voz alta las multitudes que adoraban a Dios. Jehová incluso mandó a sus siervos que invocaran su nombre y los fieles le obedecieron, como se cita en Joel 2:32 y Hechos 2:21. Asi pues, los cristianos de la actualidad no dudamos en emplear el nombre de Dios con respeto tanto en nuestras oraciones personales o en nuestras conversaciones con otros individuos, tal como sin duda alguna lo hizo Jesús. Vea Juan 17:26.

Al sustituir el nombre divino por títulos, los traductores cometen un grave error. Hacen que Dios parezca lejano e impersonal. La Biblia, por el contrario, nos anima a todos a cultivar una relación de “intimidad con Jehová”. [Salmo 25:14]. Piense en un amigo íntimo. Si usted no supiera siquiera cómo se llama, ¿se sentiría unido a él?. Pues ocurre algo parecido en el caso de Dios. ¿Cómo vamos a tener una amistad estrecha con él si no sabemos que se llama Jehová?. Además, la gente que no emplea este nombre tampoco llega a conocer su maravilloso significado. ¿Qué quiere decir el nombre divino?.

Dios mismo lo explicó a su siervo fiel Moisés. Cuando éste preguntó cómo se llamaba, Jehová le contestó: “Yo resultaré ser lo que resultaré ser”. [Exodo 3:14]. O como dice la traducción de Rotherham: “Yo Llegaré a Ser lo que yo quiera”. Así que Jehová puede llegar a ser todo lo que haga falta para cumplir sus propósitos o su voluntad. Supongamos que usted pudiera llegar a ser lo que quisiera. ¿Qué favores haría a sus amigos?. Si alguno se enferma de gravedad, usted  podría convertirse en un medico hábil y curarlo. Si otro perdiera mucho dinero, usted podría llegar a ser rico y ayudarlo. Claro, usted, como todos nosotros, tiene limitaciones y no puede llegar a ser todo lo que quisiera ser. Pero al ir estudiando la Biblia, conciéndola mejor y más profundamente, verá con asombro que Jehová llega a ser todo lo que haga falta para lograr lo que él quiere. Y se complace en usar su poder a favor de las personas que lo aman como  se indica 2 Crónicas 16:9. Quienes no aprenden el nombre divino se quedan sin conocer estos hermosos rasgos de la personalidad de Jehová Dios.

Está claro que el nombre de Dios tiene que aparecer en la Biblia. Cuando sabemos lo que significa el nombre Jehová lo podemos utilizar con libertad para adorar a nuestro Padre celestial, nos resulta más fácil acercarnos a él. Si desea usted, amigo lector, más información sobre el nombre de Dios, su significado y las razones por las que usted debe emplearlo en su adoración, puede pedirle a los testigos de Jehová el folleto titulado “El nombre divino que durará para siempre”, editado por los testigos y ellos con mucho placer lo ayudarán a tener uno y a ampliarle más sobre los propósitos de Jehová Dios para con toda  la humanidad. Recuerde que usted necesita conocer acerca del nombre de Dios porque como dice Hechos 2:21, “Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo”.

 

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