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Categoría: Ciencia Ficción

El Imperio Mlodhar: El alzamiento.

El universo. Aquel magnífico, misterioso y oscuro entorno abastecido de inagotables sucesos, alberga lejos de todo conocimiento humano, el Imperio Mlodhar. Una supremacía intergaláctica que extiende sus brazos hacia fronteras inimaginables y elocuentes. Un Imperio de dimensiones colosales, nutrido por la infinita cantidad de estrellas. Ilimitadamente poderoso y recto.. quizá. Eso era lo que siempre demostraba la raza Mlodhar: conocimiento, poder, rectitud.

Pero todo, absolutamente todo tiene un comienzo dificultoso y caótico, lleno de cicatrices y por qué no, muertes. 

Nos remontamos entonces hasta el caótico nacimiento de M31, mejor conocida como Andrómeda. La galaxia que ha fascinado a observadores del cielo durante milenios. La hermana menor de nuestra Vía Láctea que atrae más que solo atención. La masiva devoradora, brillante, e imponente galaxia vecina destinada a colisionarnos.

Ochocientos treinta y tres millones de años después de su terrible y caótico nacimiento, la especie Mlodhar comenzó a imponer su existencia sobre la faz de todo Xaentis, mundo terrestre y masivo acompañado de tres hermanos pequeños en su mismo recorrido orbital sobre el sistema hepta solar. No hay mucho que contar sobre las primeras etapas de evolución mlodhariana, vagamente podría asemejarse a la humana, pero una notoria diferencia está en su rápido proceso evolutivo. El cual llegó a su punto álgido aproximadamente a los dos millones de años.

La civilización Mlodhar se rigió sobre los cimientos del Dios de los 7 Soles, quien era el Padre de todo - como lo era Odín para los Nórdicos aquí en la Tierra - el absoluto comandante de las estrellas que surcaban el cielo, el auténtico, único e implacable Dios.

Pero ni toda su sabiduría, ni todo su poder celestial pudo contra la evolución y la verdadera verdad.. Que tristemente cobró un alto precio. A lo largo de miles de años, el dios de los 7 soles no hizo más que comenzar a dividir a la especie, porque algunos de ellos abrieron sus mentes y comprendieron de lo que eran capaces en realidad. Su asombro fue tal que intentaron mostrarle al resto.. Es aquí donde comienza la triste realidad.. Los religiosos descontentos privaron de todo contacto a estos maravillados conocedores de la verdad, fueron exiliados. Pero no descansaron. Porque sabían de qué podía ser capaz la raza entera si abandonaba todo ese falso culto a un dios inexistente, creado a partir de algunos astutos para mantener a raya la voluntad de los demás.. ¿Pero cómo iban a hacer unos pocos para convencer a toda una civilización con miles de años de costumbres religiosas?

La respuesta no llegó hasta unos buenos años después, cuando la religión ya no respondía ante los cada vez más numerosos problemas. La duda y la inseguridad moral de pronto habitaron en las mentes de millones.. ¿Existe realmente Dios? ¿Qué está pasando con el mundo? - e infinidades de cuestiones alimentadas meramente por el decaimiento colectivo -. Fue entonces cuando los pocos sabios de la verdad resurgieron de su exilio para liberar a la raza Mlodhar de sus cadenas... ¡Y vaya que lo hicieron..!

Al principio se generó más caos entre ellos, y con ellos mismos. Fue un terrible caos que desembocó en una gran, terrible y sangrienta guerra que podría llamarse civil. Una guerra al principio moral, psicológica e ideológica que culminó con enfrentamientos armados. Todo Xaentis luchaba, unos del lado de los fieles, otros del lado de la verdad. Pero ninguno realmente lo hacía por ello.. Simplemente por mera supervivencia. - Una historia conmovedora que recuerda, en parte, a los traksulianos.-

Hubo grandes movimientos estratégicos por parte de ambos lados, intensas batallas en los frentes ya que ninguno se atrevía a rendirse. Los fieles apoyaban ciegamente sus esperanzas en el dios de los 7 soles, y los sabios de la verdad confiaban en su inteligencia. Pero al final,  solo un bando podía vencer, y solo un bando podía dejar de existir para siempre. Creer o no creer, fue la última cuestión que se hicieron los fieles antes de dejar sólo su recuerdo en la existencia del Cosmos.

Aquel día fue remarcado como un antes y un después en la historia mlodhariana. El día del alzamiento era un día de intensos festejos y exuberante felicidad. Porque la raza entera se había unido, varios miles de millones de mlodharianos unidos conformaban la única, pura y creativa esencia Mlodhar. El inicio del camino hacia otros sueños, otras fronteras. Donde no había deidades a las que aferrarse, tan solo el deseo de prosperar como especie unida, sin problemas.

Fue así como se alzó el Imperio, comandado no por uno, sino por todos y cada uno de ellos. Los conocedores de la verdad, la incesante inteligencia y la abundancia de imaginación. Aquellos seres de piel gruesa, áspera y gris, ojos grandes, negros y provistos de tres pupilas en ambos, comenzaron su masiva carrera existencial por todo el Cosmos.. Pero no sin antes idear una meta, un propósito.

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