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El Dido que queria ser sabio

Estaba la Brujita de Did una mañana en su casita de tejas rojas preparando su poción maravillosa cuando unos golpecitos le hicieron salir de lo que estaba haciendo, se quedo tranquila sin hacer ruido ni mover el gran cucharón que tenia dentro de una enorme olla.

De pronto, de nuevo los golpecitos, ya no cabía duda que venían de la puerta principal de su casita, así que caminando rápidamente fue a ver quien tocaba con tanta insistencia. Era un pequeño Dido que en seguida que la Brujita abrió la puerta le dijo. __ ¿Buenos días Brujita como estas?__Muy bien, y tu ¿Como estas? __Bien, gracias. Le contesto el pequeño. __ ¿Como te llamas? pues tu nombre no lo recuerdo. __Me llamo Konomi. __ ¿Se puede saber que quiere Konomi a estas horas de la mañana en vez de estar en la escuela?

__Veras, anoche estaba fuera de mi casa contemplando las estrellas.
A mi me gusta mucho la astronomía y me puse a pensar por que razón yo tenia que ir al colegio y estudiar tanto si en nuestro país vivía una Brujita llamada Nelly que con sus poderes mágicos podría enseñarme todo en un abrir y cerrar de ojos, así que en la mañana, cuando desperté, tome mi desayuno y en vez de ir al colegio cogí el camino que conduce a tu casa. ¿Crees que podrías ayudarme? ¿Crees que podría ser tan sabio como el anciano o mas que el?

La Bujita mirándolo fijamente lo mando a pasar, le dijo que se sentara en una silla que había al lado de una gran mesa que tenia en la cocina y le respondió.

__Mira Konomi, para llegar a ser tan sabio o mas que el anciano tienes que pasar por todas las experiencias y estudios que el, eso no se aprende en un día, ni dos, ni tres, son muchos años de estudios. Ahora bien, si tu dejaras de ir al colegio perderías lo mas lindo que un Dido tiene cuando es chico, interés por aprender cada día una cosa nueva, cuando uno va a la escuela los maestros disfrutan enseñándoles a todos ustedes la geografía, la historia, las matemáticas y la astronomía que tanto te gusta a ti, es algo que ellos aprendieron por años para luego trasmitirlos a ustedes en un basto conocimiento. Entonces. ¿Crees tú que valdría la pena que yo ahora por medio de un hechizo te mostrara todo eso en un momento? No mi querido Konomi uno tiene que ir día a día aprendiendo, la vida se encargara de enseñarte todo los días algo nuevo.

Si no, mira. ¿Ves ese árbol que esta ahí cerca? Ves que en sus ramas hay un nido de palomas y dentro de ellos están unos pichones, observas como su mama les trae la comida y se las pone en su piquito __Si, si los veo Brujita.__ Si esos animalitos no tuvieran su mama que les trajera la comida, que los enseñara a comer. ¿Sabes tu lo que les pasaría?__Pues se morirían __Perfecto, claro que se morirían pero como la naturaleza es tan sabia esa mama palomita sabe que tiene que enseñar a sus hijos como vivir a medida que vayan creciendo, ella es como la maestra. Todos aprendemos a su paso y tiempo, no quieras tu ser un sabio antes de que te llegue la hora, no quieras tu saber cosas que en este momento no tienes porque aprenderlas, así que es mejor que sigas hiendo al colegio y aprendas día a día lo que tus maestros te enseñan, cada día que pase será un día lleno de experiencias para ti y tus demás amigos de clase.

Pero el pequeño Dido después que la brujita termino de darle las explicaciones le dijo. __Esta bien Nelly yo entiendo todo eso que me dices mas yo sigo con mi idea de ser un sabio sin tener que esperar tanto tiempo.
Quiero ser un sabio ya, quiero que me hagas un hechizo
La brujita decidió entonces darle un escarmiento al Dido. __Esta bien Konomi yo voy hacerte un sabio pero después no me digas que quieres de nuevo ser un Dido normal como los demás amigos tuyos porque ya no podrás serlo. __No te lo diré Brujita, descuida, yo se lo que quiero.

La Brujita fue al estante donde tenia sus cosas guardadas de allí saco unos líquidos de colores verde, azul, rojo y amarillo los vertió dentro de un pomo de cristal transparente, diciendo unas palabras mágicas los mezclo todos.
Cuando ya estaba listo cogio una copa vertiendo el líquido y dándosela al Dido, este la tomo entre sus manos y lo bebió de un trago sin respirar.
__Ahora vete a tu casa, y mañana serás un sabio, pero recuerda después no vengas a llorar y decirme que te ponga de nuevo como un Dido normal, porque ya no tendrás remedio. Así que la Brujita lo acompaño a la puerta de la casa despidiendo a Konomi Este iba muy contento bajando la cuesta de roca amarilla cantando una canción pues ya no tendría mas que ir al colegio y todos los demás niños Didos serian inferiores a el porque el seria un sabio.

Cuando el se fue la Brujita cerró la puerta y sonrió diciendo para si.
__Deja que mañana amanezca, vas a saber Konomi lo que es ser sabio antes de tiempo.La Brujita soltó una carcajada y siguió haciendo su poción que la había dejado por atender al pequeño.

A la mañana siguiente cuando el Dido se despertó se tiro rápido de la cama, se puso su ropa, desayuno y se fue al colegio para ver si de verdad era un sabio como la Brujita le había dicho, si era así todo lo que los maestros dijeran el lo sabría pudiendo contestar antes que nadie, antes que los maestros mismos.
Ese día tenían clases de Astronomía por lo que la maestra hablaría a los alumnos de las constelaciones de estrellas.

Cuando el niño llego a la puerta de la escuela todos los demás Didos y la maestra se quedaron asombrados al verlo pues nadie conocía a ese anciano que había llegado al colegio con sus libros y su uniforme sentándose en el puesto de Konomi.

El saludo y se quedo un poco asombrado al ver que sus amigos lo miraban extrañado, pero no hizo caso la maestra se fue hacia su escritorio tomo un libro y comenzó la clase de ese día diciendo así. ___Hoy tenemos una clase muy interesante para todos, hablaremos de las Estrellas y Constelaciones.

Desde que el mundo es mundo las estrellas se han considerado agrupadas en constelaciones. A las estrellas se le han dado los nombres tanto de los griegos como de los árabes, por ejemplo de los griegos tenemos Sirio, Procyon, Polux, Castro y de los árabes tenemos los nombres de Alcon (la débil), Mizar (Velo), Vega (caída), y así se les dio centenares de nombres más.

Ahora bien, ante la imposibilidad de dar nombre a la enorme cantidad de estrellas pensaron en la idea de dar otro sistema de nomenclatura es decir otro sistema de nombrar las estrellas que resultase más útil a los astrónomos.
Pero cuando la maestra iba a seguir con su clase se levanto Konomi y comenzó a hablar __ De ahí que en 1603 el alemán Johannes Bayer publico una obra titulada Uranometría, un atlas de mapas estelares en el que se indicaban las estrellas de cada constelación utilizando las letras del alfabeto griego al que seguía el nombre latino de la constelación a la que pertenecía.

Todos quedaron consternados al ver a ese anciano hablando, la maestra iba a interrogarlo cuando el Dido le dijo.__Un momento déjeme terminar mi explicación, yo se mucho mas que usted de .estas cosas porque soy un sabio. La maestra al igual que los alumnos se quedaron atónitos sin poder decir palabra alguna, entonces el Dido continúo.
___Prosigo… Bayer estableció un orden de brillo dentro de cada constelación, de modo que llamo a la estrella más brillante, B a la que le seguía en brillo, G, y así a todas las demás que seguían.
El inconveniente era que el alfabeto griego solo tiene 24 letras, mientras que por termino medio hay unas 70 estrellas visibles por constelación. El Dido iba a seguir cuando la maestra de nuevo le hablo. __Queremos saber quien eres y quien te ha dado permiso para estar aquí en la escuela y sentado en el escritorio de Konomi.

El Dido se quedo un poquito extrañado, como era posible que no supieran que era el, seria que habría cambiado en físico también, pero sin inmutarse dijo. __Como es que no se han dado cuenta que soy Konomi, el sabio Konomi. Todos los demás Didos comenzaron a reír, la maestra también sonrió pero inmediatamente poniendo orden en el aula le hablo al pequeño Dido.
__Mira, no se si serás Konomi o no pues tu figura dista mucho de ser esta ultima. ¿Es que no te has mirado en un espejo hoy cuando te has levantado y vestido? Por que si lo hubieras hecho de seguro que te habrías dado cuenta del cambio que hay en ti. __No maestra, no me he mirado en el espejo, pues desperté tarde y me vestí para llegar a tiempo a la escuela y todos vieran que soy un sabio no un niño Dido como los demás de la clase.

__Ah pues mira, nosotros no te vamos a decir nada, pero si quiero que cuando salgas de aquí del colegio vayas a tu casa y te mires en el espejo para que veas cuan sabio eres ya. Konomi quedo un poco extrañado con lo que la maestra le había dicho pero no dijo palabra alguna y siguió con su altanería. La maestra prosiguió con la clase de ese día.

__Bueno estábamos hablando de que hay estrellas variables y un gran número de estrellas no tienen brillo constante. __Es verdad maestra pero (dijo Konomi) no conservan la misma magnitud aparente ya que tienen un tiempo mas o menos largo y mas o menos regular y sus magnitudes alcanzan valores diferentes, tales estrellas se llaman variables. Konomi siguió hablando como todo un experto y tanto los alumnos como la maestra comenzaban a molestarse por la arrogancia de Konomi al hablarles. __Por ejemplo la estrella mira Ceti que también es llamada constelación de la Ballena, históricamente fue la primera estrella variable conocida, en un tiempo de 332 días pasa de segunda a la novena magnitud. Konomi iba a seguir pero la maestra molesta le dijo.

__Mira, la verdad que ya estamos bastante molestos con tu intromisión en mi clase, tanto los alumnos como yo desearimos que te marcharas porque la maestra soy yo, no eres tu, por educación deje que hablaras cuando estaba explicando y no obstante a ello has seguido hablando y hablando sin parar, por lo que ahora te rogamos salgas del aula, vayas a tu casa y veas lo que eres ahora, ¡Un gran sabio! Como dices tú.

__Maestra. ¿Pero no se ha dado cuenta que soy Konomi? Su alumno.
__Algo te diré Konomi si eres tu como dices espero que sepas darte cuenta de lo que has hecho, eres un niño Dido no un anciano, así que vete a tu casa mírate en el espejo, después me dirás. Hasta luego.

El Dido salio de la clase muy extrañado de que sus amigos no le dijeran nada y de que su maestra en vez de estar contenta por lo mucho que sabia se molestara con el diciéndole que marchara a su casa y se mirara en un espejo. __La verdad nunca he podido entender a los adultos, pensé que ahora siendo sabio podría entenderlos mejor.

Iba Konomi por el bosque caminando entretenido cuando miro hacia el frondoso árbol que allí había con unas manzanas muy rojas y apetitosas, siempre le gusto ir a ese árbol para subir en el y luego sentado en una de sus fuertes ramas comer la manzana y mirar su reflejo en el agua cristalina del lago, pues el árbol tenia algunas ramas que daban precisamente sobre el.

Ya estaba el pequeño justo al lado del árbol, pero cual no seria su asombro al tratar de subir en el y no poder...Mm... Se dijo. ¿Que me pasa?... ¡He perdido mis fuerzas! Ya no puedo subir al árbol como antes, me fatigo solamente al tratar de brincar y hacerme a una de sus ramas. Ahí, fue cuando Konomi vio su figura reflejada en las aguas cristalinas del lago. __ ¡No puede ser! ¡Ese no puedo ser yo! Soy un niño, no un anciano. ¿Que me habrá pasado? Y Konomi muy triste cayo desplomado a la orilla del lago con la mirada fija en el reflejo que daba su figura, allí comenzó a llorar, lloraba tanto que el árbol se compadeció de el y le pregunto.

__ ¿Porque lloras pequeño Dido? ¿Ya no puedes subir en mis ramas y comer las frutas como solías hacer antes? __ ¡Pero tu hablas! ¿Porque no me habías hablado antes cuando a tu sombra venia y a tus ramas subía a coger tus ricas frutas?

__Porque no había sido necesario, pero ahora si, ahora veo que eres un anciano que por querer ser un sabio estas así. __ ¿Como sabes eso?
¡Tu si eres sabio! ¿Como puedes saber todo esto que me dices? De seguro que la brujita vino a contártelo. __No, estas mal, la brujita nunca ha venido a donde mi para nada, ella ni siquiera sabe que yo hablo, que a través de mis hojitas veo todo lo que pasa y se todo lo que le sucede a los demás. Yo, si soy un sabio. ¿Sabes cuantos años tengo de estar plantado aquí ver y saber cosas? __ ¿No, cuantos? Mil años. __ ¡Tantos! __Así es mi pequeño amigo. Y tú quieres ser sabio sin haber llegado a ser adulto, sin haber estudiado. La brujita bien te lo dijo y tú seguías con la fija idea, no te quejes, ahí tienes los resultados de tu majadería.

__Y ahora dime. ¿Que va hacer de mí? No podré ir donde la brujita porque ella me dijo que después no fuera a pedirle que me ayudara de nuevo. Pero yo no quiero estar así. Yo no quiero ser un anciano, ya no quiero ser sabio. __Mira Konomi no se que vas hacer, pues la única que te puede ayudar es la brujita que fue la que te puso así, pero en fin, si tu lo que querías era ser sabio, ya lo eres porque cambiar entonces algo que tu mismo pediste con tanta fuerza.
__Es verdad, pero no pensé nunca que fuera a ser un sabio viejo, yo quería ser sabio joven. __Recuerda que nadie nace sabio, uno tiene que ir creciendo en la vida, madurando aprendiendo de los demás y de uno mismo, que muchos llegamos a ser viejos y nunca aprendemos, que solo se aprende en la vida llevando escarmientos como tu ahora. __ ¿Me comprendes niño? ¿Sabes ahora porque la brujita te explicaba? __Si, ya lo se, es tarde para mi, tendré que seguir siendo un sabio anciano, ya no podré jugar con mis amigos, ya no podré saltar en tus ramas y nadar en este lago como solía hacer, ya no podré ir a la escuela porque se todo lo que podría haber aprendido en el transcurso del tiempo. Si, comprendo todo pero es tarde para mí. Y el Dido lloraba amargamente a los pies del manzano, este con sus ramas tocaba la cabeza de el y le decía con mucha pena reflejada en sus hojitas.

__No llores mi pequeño, habla con la brujita, ella tiene buen corazón, además todos nos podemos equivocar, lo que tenemos es que estar listos para no caer de nuevo en las mismos errores, en los mismos hechos, porque todos tenemos derecho a que nos perdonen siempre y cuando de verdad estemos arrepentidos de corazón. ¿Me entiendes? Ahora ve a tu casa, descansa y mañana temprano subes a Roca Amarilla y busca a la brujita. Ve, no tengas pena ni miedo en acercártele, ella es justa, sabrá entender. Dicho esto el manzano de nuevo se quedo quieto y el pequeño Dido se dio cuenta que había terminado la conversación con el.

Se levanto de donde estaba sentado marchando muy triste y cabizbajo a su casa. Por el camino los animalitos del bosque lo miraban y salían corriendo, ellos no habían visto a ese anciano caminar por el bosque antes, además solo conocían al Anciano Dido, a más ninguno.

Konomi miraba aquello y su llanto se hacia mas fuerte, llego a la casa, entro a su cuarto lo contemplo todo. Allí estaba sus pelotas planas para jugar el Bluki (este es un juego que los Didos practican mucho en el centro de la plaza.
Consiste en ocho jugadores, formando un equipo de cuatro, toman la pelota plana la ponen en el centro de un circulo que hacen y al equipo que le toca jugar primero se pone en el centro de este, los del equipo contrario se van a las cuatro esquinas del cuadro que tienen ya preparado cuando el jugador contrario le da a la pelota con una paleta larga y aplanada los otros jugadores tienen que tratar de que la pelota no salga del cuadro tirando de nuevo la pelota al centro los que están en este tratar de que la pelota no salga del circulo, siempre estando pendientes hacia que jugador va la pelota plana, si esta sale mas de cinco veces del circulo entonces pierden y los jugadores que están en el cuadrado pasan al centro del circulo) Ya no podré jugar mi juego preferido con los amigos los domingos pues no tendré las fuerzas necesarias para ello.

Así pensando de nuevo se fue al espejo y se vio cuan viejo estaba, lo que mas triste lo puso es que a medida que pasan las horas se iba avejentando mas, que sus ojos ya no tenían el brillo de antes, en su cara no cabía una arruga, su cuerpo estaba encorvándose, todo esto lo puso mas triste por lo que dando la vuelta se fue a su cama y se acostó, quedando al rato dormido.

Por el otro lado la brujita ya sabia todo lo que a Konomi le estaba pasando, para eso ella lo había hecho para darle un escarmiento y se diera cuenta de que todo en la vida llega a su tiempo no a la forma ni hora que nadie quiera. Segura estaba, el Dido vendría al otro día al aclarar.
Con esos pensamientos se fue a su cuarto a dormir, había tenido un día muy agotador haciendo sus filtros mágicos y atendiendo las cosas de su casa.

Al otro día bien temprano estaba el anciano Konomi en la puerta de la casa de nuestra amiga brujita, cuando Nelly escucho los golpecitos enseguida supo quien era y hacia la puerta fue. Ella lo esperaba bien temprano en la mañana.

Cuando ella abrió la puerta y lo vio se hizo la que no sabia quien era y le dijo __ ¿Buenos días anciano, en que puedo ayudarlo? ¿Usted es nuevo por estos lugares verdad? Nunca lo he visto ni por los alrededores.
El niño comenzó a llorar tan desconsoladamente que la brujita le dio pena y le dijo. __Pasa Konomi, se que eres tu. ¿Dime te gusta ser sabio? ¿Te gusta estar así como estas ahora? Bien claro que te lo advertí pero tú no hicisteis ningún caso a mis explicaciones, así que ahí tienes las consecuencias.
El Dido fue donde la brujita estaba sentada y le dijo.

__De verdad que estoy pagando muy caro mi altanería, el querer saber más que los demás antes de tiempo.
Brujita dime si podrás ayudarme a recuperar mi forma normal, yo no quiero ser mas sabio, te juro que si tu me llevas a como era antes seré un niño modelo, estudiare con ahínco y fuerza para poder con el tiempo y los años llegar a tener los conocimientos que tienen todos los Didos mayores, dime que me ayudaras, no me dejes así como estoy ahora no lo soportaría, ayúdame por favor yo se que si tu quieres lo puedes hacer, yo lo se.

__Antes que nada tienes que estar seguro que nunca mas llegara a tu mente ese tipo de ideas, que tienes que prometerte a ti mismo que no vas a querer ser arrogante y engreído como lo fuisteis ayer, tendrás que pedir disculpas a tu maestra, tus compañeros de clases por la forma en que te comportaste con ellos. Si haces todo esto que te digo entonces te podré perdonar y cambiar de nuevo a tu forma actual.

__Esta bien brujita así lo haré, pero quítame ya de esta forma en que estoy ahora, no soporto verme así. __Ten calma que eso no es así tan fácil. Vete a la escuela, pide disculpas a tus amigos y maestra, después que te hayas disculpado ve a tu casa te bañas con este filtro que te voy a preparar, pero fíjate bien si no lo haces como te he dicho y te vas a tu casa sin haber ido a la escuela, aunque te bañes y te eches el filtro mágico que te he dado no surtirá efecto alguno pues la clave de todo esta en que pidas disculpas a los que has ofendido con tu forma de actuar, esta claro Konomi.

__Si, brujita, ahora mismo voy para la escuela, hablare a mis compañeros de clase y maestra, le pediré disculpas, ya veras.

Y saliendo de casa de la brujita iba el pequeño Dido contento porque nunca más seria como había sido. El querer ser sabio le había enseñado que con adelantar las cosas no se llega a nada bueno y si a ser una persona odiosa para los demás por la forma de comportarse.

Cuando Konomi estaba llegando a su colegio, los Didos que estaban fuera de la clase salieron corriendo a dentro del aula para decirle a la maestra que el anciano venia de nuevo, todos entraron rápido sentándose en sus respectivos lugares, la maestra estaba tras de su mesa y espero con calma a que el Dido dijera algo. Cuando ya le faltaban unos pasos para llegar donde estaba ella, detuvo sus pasos, se viro a todos sus compañeros de clases y les dijo:

__Siento mucho lo ocurrido ayer en la clase, de verdad yo estaba equivocado, me arrepiento mucho de haberlos menospreciado y a usted maestra le pido mil disculpas por haberme portado de la forma que lo hice, quise que todos vieran en mi a un sabio joven y mas sin embargo miren ahora como estoy cada día poniéndome mas viejo, si sigo así podría hasta morir, por eso es que le pido que me perdonen de todo corazón y me dejen de nuevo estar con todos ustedes como uno mas, como un Dido mas que viene a la escuela aprender.

Todos los Didos aplaudieron a Konomi por la forma en que había hablado, la maestra mando a callar con un gesto de su mano a todos. Diciéndole al Dido.

__Me alegro mucho Konomi que te hayas dado cuenta que lo que has hecho no estaba bien que nunca uno debe de querer ser más que los demás pues de cada persona siempre aprendemos algo. Que todos tenemos cosas nuevas que aprender todos los días, espero esto te sirva de escarmiento y de lección. Cuando la maestra termino el Dido lloraba de emoción, veía como sus compañeros de clase lo habían perdonado y su maestra también. Todos aplaudieron y fueron hacia donde estaba su amigo abrazándolo fuertemente.

__Gracias a todos, ahora voy a marchar a mi casa, la brujita me dijo lo que tengo que hacer para de nuevo recuperar mi forma. Mañana estaré con ustedes igual que antes.

__Llegando a su casa miro al cielo y vio a la brujita que pasaba por encima de su techo color rojo y el Dido le grito. __ ¡Brujita ya cumplí lo que te dije! Te quiero mucho, te mando un beso eres la mejor brujita del mundo.
Nelly que de todo se emocionaba soltó su mano de la escoba, saludando a Konomi y en un giró rápido de su escoba por poco cae, rápido se sujeto y con una risa feliz de nuevo saludo al Dido y rauda partió perdiéndose como siempre entre las nubes.

Konomi entro a la casa hiendo directo al baño, se quito su ropa, y entro a bañarse. Después de terminado el baño saco el pomito de cristal transparente que le había dado la brujita y se lo echo por encima de su cuerpo, esperó que este se secara sobre el y poniéndose su pijama fue a la cama a dormir con un sueno placentero y feliz.

Al otro día lo despertó el canto de los pajarillos que entraba por la ventana de su cuarto, rápido se bajo de la cama, corrió a verse en el espejo y cual no seria su sorpresa al verse de nuevo como antes, un niño normal.
Rápido se fue a lavar los dientes, su carita y se puso el uniforme para ir al colegio, tomo su leche cogio sus libros y salio corriendo. ¡Que feliz era! Podía de nuevo correr, mirar los árboles, las flores del camino. Las aves canoras, el cielo azul y el olor a hierba fresca.

Como era temprano aun antes de ir a su escuela corrió a ver a su amiga la brujita tocando en la puerta con mucha premura para que su amiga le abriera rápido, brujita lo espera, sabia que el vendría temprano antes de ir al colegio.
Así que al escuchar los toques en la puerta respondió. __ ¿Quien es el que tan temprano viene a perturbar el sueño de la brujita? __Soy yo Konomi, abre quiero que me veas, quiero darte las gracias por traerme de nuevo a mi forma normal.
Nelly ya llegaba a la puerta, le abría, Konomi entro a toda carrera y
Tomando a brujita por los brazos la alo para que bajara a su altura después le dio un beso y un abrazo bien fuerte. A brujita como siempre se le llenaron sus ojos grises de lagrimas, tosiendo se paro y le dijo al Dido.

__Me alegro mucho de verte de nuevo como un niño normal, espero que esto te halla servido de lección para un futuro, siempre recuerda que la humildad en las personas es lo mas bonito que pueda haber. Recuerda siempre esto mi pequeño Konomi. Ahora ve para tu escuela si no llegaras tarde a clases.

__Adiós brujita, amiga nunca olvidare lo que me has enseñado mientras viva.

Dando la vuelta se fue cuesta abajo corriendo, la brujita lo miraba con cariño y se decía. __ ¡Que bueno es poder ayudar a los demás! Ver que el esfuerzo que tú haces por ayudarlos siempre es bien recibido.
Así entro de nuevo a su casa para seguir haciendo las faenas del día y trabajar en sus filtros mágicos que en fin siempre eran para cuando los demás lo necesitaran.

Mientras tanto, Konomi llegaba a su escuela y entraba al aula, sus amigos cuando lo vieron salieron corriendo para abrazarlo y darle la bienvenida de nuevo al colegio.
La maestra cuando lo vio antes de comenzar la clase le dijo. __De nuevo a tus clases Konomi como un niño Dido normal. __Si maestra, ahora si no voy a interrumpir su clase, el rió y todos los demás Didos rieron junto con el.
La maestra comenzó la clase del día diciendo...
__Desde la tierra, las estrellas que se ven se proyectan sobre la esfera celeste que fueron agrupadas de formas distintas, según la época por las antiguas civilizaciones. Mientras que la maestra explicaba la clase todos los Didos escuchaban atentamente y Konomi pensaba. __Que bonito es aprender paso a paso lo que los maestros con su gran sabiduría nos enseñan, que tonto fui al querer saber todo antes de tiempo, ahora me doy claramente cuenta de lo que la brujita me quiso decir al principio y que yo no quise escuchar.

Konomi y todos los demás Didos escucharon atentamente lo que la maestra les explicaba en la lección del día.

Fin
Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
  • Media: 5.8
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