Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Románticos

El Bosque.

El Bosque

Ciertamente esta no es una historia de esas con un final feliz, es tan solo una historia como cuaqlquier otra que deseo contarles.

Todo ocurrió no hace mucho tiempo, ocurrió en aquellos tiempos en que las personas pensaban que el bien general era la mejor manera de de estar bien con uno mismo.

En aquellos tiempos, el aire aun olía a limpio, y los ríos, aunque parezca mentira, aún tenían peces de colores.

Las calles eran de piedra y lastre y los vestidos largos y de colores suaves.

Pero el recuerdo más vívido que tengo, es el aroma sublime del ciprés del bosque que llenaba mi casa con su aroma de calidez y esperanza. Aunque debo de contarles, que no era el dulce olor del bosque quien me llenaba de paz, era su canto, esa música completa y escalonada, que respondía a cada uno de sus pasos, y que arrullaba su camino, mientras desfilaba con su sombrilla frente al corredor de mi casa.

Ella era mi fantasía, pero eso nada más.
¿Quién será ella se preguntaran ustedes? Bueno, pues déjenme contarles, Su nombre no viene al caso, pero si sus raíces, su padre era un hombre muy respetado y muy poderoso, y de una del las familias más respetadas de nuestro joven país.

He ahí una de las razones por las que les mencioné que “ella y yo” era un imposible.

Bueno, entremos en la historia de una vez.

Al final de cada día de trabajo en la hacienda cafetalera, yo caminada a mi casa, la cual quedaba justo frente al bosque de ciprés, y con cada paso que daba, él me regalaba melodías que relajaban mi adolorida espalda y mis pies cansados. Ya para cuando yo llegaba a casa, me sentía como nuevo, y mientras chorreaba el café, no podía dejar de sonreír con la verde música del viento acariciando sus hojas.

Les juro que yo podía entender sus cantos, y cada uno de ellos era diferente.

Cada día era lo mismo, pero un día todo cambió.

Siempre que yo estaba en casa, el bosque cantaba diferente cuando Ella venía pasando por el camino, parecía que el bosque le cantaba una tonada especial para acompañar el danzar de su vestido, lo cual era un aviso para que yo saliera al corredor a ver el sublime desfile de su figura al pasar frente a mi hogar.

La alegría de mi vida, era ver como de su rostro se escapaba una tierna sonrisa al intercambiar tímidas miradas con un servidor, quien no podía evitar corresponderlas.

Así pasaron los meses, uno tras otro, y yo no sabía de donde sacar el amino para hablarle, o tan solo saludarla.

Hace como tres semanas, descansaba yo sentado en la yunta frente al corredor, y con los ojos cerrados, escuchaba canciones de cuna interpretadas magistralmente por mi bosque; pero sin razón aparente cesaron. Al principio sentí ese vacío en el estómago que se siente cuando no sabes que es lo que ocurre, pero antes de abrir los ojos, sentí aquella suave caricia en mis labios. Era tan suave y dulce que no quise abrirlos por el miedo de que la sensación desapareciera. Mientras, y poco a poco, sentí una suave mano tomarme por la cintura… la sensación era tan intensa que yo deseaba no despertar nunca de semejante fantasía, y lentamente, la música del bosque empezó a susurrar una canción bien conocida por mí.

Mi asombro fue tal, que resbale de la yunta y caí acostado al suelo. Donde una suave y traviesa risa me hizo abrir los ojos. Quien diría que estas cosas de veras pasan.

! Era Ella!
¿¿¿ Pueden creerlo???
Quien sin avisar me robo un beso y me hizo caer. Era la musa de mi bosque, y por quién él compuso la música más profanada y dulce, por quién yo me había enamorado del olor del ciprés y sus cantos de paz.

Lentamente se agacho a mi lado, yo no podía salir de mi asombro, estaba petrificado acostado en el césped ahora con los ojos abiertos, y capturados en el hechizo de su rostro. Ella se acerco a mi oído, y suavemente me dijo estas palabras.

-¿Por que el guardián de mi camino, y el dueño de mi corazón, me niega su cariño?
-¿Por que si se que me deseas no has tomado acción alguna?

Lentamente me incorporé y quedando mi rostro a pocos centímetros de sus labios, mire en lo profundo de sus ojos, negros como la noche y profundos como el agujero donde quedó enterrado el miedo y las diferencias sociales que nos separaban. En esos ojos quedé capturado desde ese momento.

Desde ese día fuimos amantes, y cada tarde yo esperaba a que el bosque me avisara con sus cantos el próximo encuentro de nuestros cuerpos y almas, y la dicha del calor de su cuerpo contra el mió, así como sus promesas de amor eterno y completa felicidad en sus brazos.

Un domingo por la mañana, salí temprano de casa para comprar un poco de café y alimento para las gallinas, pero todo el pueblo estaba de fiesta. Era imposible no contagiarse con el espíritu festivo.

Pregunté cual era la ocasión de semejante alboroto, y don Chepe el pulpero, me respondió que nuestro pueblito había sido bendecido con una nueva familia ante los ojos de Dios y el mundo.

¡Pues por supuesto!
Lo mismo pensé yo… Una boda.

Como era costumbre, corrimos a la iglesia a felicitar a los novios y a esperar la fiesta y la comida que ya eran tradición.

Decidí esperar subido en la base de estatua del parque frente a la iglesia, y entre la multitud y los aplausos, no podía dejar de preguntarme por que el bosque no cantaba, ¿por que le negaría su bendición a los novios?

Seguidamente salieron los padrinos, luego los novios. Y entre una nube de arroz, la novia se quitó su velo blanco como la nieve.

¿Alguna vez han sentido como si el alma muriera dentro tu corazón, y jurarías que tu corazón dejó de latir por un segundo?

No podía creer yo a mis ojos, mientras quien me juro su amor y tomo mi corazón para llevarlo al cielo, vestía de blanco en los brazos de otro hombre. Y quien al verme con los ojos como cristal, bajo la mirada y siguió su camino.

Desde ese día en adelante, el sol no ha brillaba en mi vida y odié cada segundo de mi existencia,

Maldije cada una de sus palabras y mentiras, y aún lloro por las noches por lo mucho que aún la amo.

-Maldito bosque, ¿por que no te callas…? deja de recordarme su andar, deja de recordarme el danzar de su cabello en la brisa, su manos de seda en mi espalda, y el calor de su cuerpo contra el mió, deja ya de cantarme las historias de un amor eterno que ya murió, deja de recordarme lo estúpido que fui al pensar que su noble existencia fue mía por un momento.-

-Endemoniado bosque de porquería, tu cantar solo trae dolor a lo que me quedó por vida, tu aroma solo llena mi casa de fantasmas de un ayer que me atormentan de día y me torturan de noche.-

-Juro que me las pagarás, me pagarás cada lagrima que tus malditos cantos has arrancado de mis ojos. Cada recuerdo que tus dulces melodías desgarran de mi mente.-

-Me vengaré por cada día que me hiciste salir a esperarla, y por cada noche que nos cantabas canciones de cuna cuando ella estaba entre mis brazos.-

Esa noche tomé la lámpara de queroseno de la cocina, y marche hacia el bosque con furia en la cara y dolor en el corazón.

-Maldito bosque… ya cállate, vengo a matarte, tal y como tu maldito canto mato mi alma.-

Entre la oscuridad de la noche caminé contra el viento que se fugaba entre los árboles, y aquél canto de sirenas se convirtió en amenazas de muerte en mi contra.

-Ahora no cantas, ruges mientras sabes que pronto morirás, sabes que prenderé fuego a tu corazón con esta lámpara y te haré arder como las mismas brazas del infierno, ruge todo lo que quieras.-

Le tomó solo dos horas morir entre el fuego. Ahora el silencio predomina el paisaje, ahora no existe ningún bosque en frente de mi casa, todo lo que queda es el frío vacío y un cementerio de árboles carbonizados.

Yo nunca volví a ser el mismo, mis noches son tan solitarias que casi no puedo dormir, y el remordimiento por mi crimen me mata.

Realmente aquel bosque no fue el culpable de la traición, y sus cantos no eran torturas ni reproches, eran consuelo.

Yo ya perdoné a quien tanto amé, y se que el bosque me perdonó a mi.

Poco a poco ha empezado a dar vida a nuevos retoños, los cuales están aprendiendo nuevas melodías.

Este bosque crecerá de nuevo, al igual que las heridas de mi corazón sanarán con el tiempo.

El bosque y yo hemos hecho un trato, El volverá a entonar sus canciones, siempre y cuando yo aprenda a escucharlas y comprenderlas.

Ahora soy el guardián del bosque y él es el guardián de mis noches.

Me enteré que Ella es feliz, pero le confesó a alguien que una esquinita de su corazón, se quedó atrás, y esa esquinita, es la primera nota que siempre entona el nuevo bosque cuando me ve sonreírle a la vida de nuevo, cuando lloro en la lluvia, y cuando mi corazón salta de alegría recordándola a Ella.

Esteban Escalante Zeledón.
(Costa Rica)
17/07/05.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.21
  • Votos: 62
  • Envios: 6
  • Lecturas: 4391
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.118.200.136

3 comentarios. Página 1 de 1
Esteban Escalante Z.
invitado-Esteban Escalante Z. 31-07-2005 00:00:00

El bosque es una realidad de muchos de nosotros, que hemos sido amados detras de una mentira o ilución fugaz. Lo importante es entender que detras de tanto dolor, siempre existe una esperanza, de la cual hay que aferrarse para que la vida sea no sea tan dificil. El amor es lo mejor del mundo, aunque a veces duela como un hierro caliente en los hojos. Gracias por sus comentarios. Esteban Escalante (Autor)

María Eugenia
invitado-María Eugenia 31-07-2005 00:00:00

Gracias autor: Es un gran mensaje. Por un momento pensé que se trataba de esos momentos en que un escritor a pesar de estar en un ambiente propicio para escribir, no lo hace. Y otros con menos inspiración publican. Pensé también en la comparación con la urbe, donde el bullicio y la algarabía no se puede comparar con esa música de nuestros bosques. Erré en los dos. Es un gran mensaje, lo felicito por el cuento y por la aclaración. Es por ésto la importancia que cada uno exprese su comentario, para aprender y comprender.

María Eugenia
invitado-María Eugenia 22-07-2005 00:00:00

No sé como empezar. He estado mirando ese bosque tan parecido al mío. Esas notas que le arranca el viento y hace compás el susurrar del arroyo. Por un momento pensé que la musa sería sólo tuya, pero la dejaste escapar. Se me han agolpado los pensamientos y los sentimientos. Cómo has podido describir con tanta pasión y ternura tu encuentro con ella!!!! Esa música invita comprender tu dolor.

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.633
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.508
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 53.552.815