Desde que somos pequeños nos hacen creer en los superpoderes (todos falsos) de algunas especies animales y vegetales: ese gato que tiene siete vidas, y encima las malgasta tirandose por todas las ventanas que pilla, o que las mujeres tenemos un sexto sentido. Pues bien, ahora pensaran q voy a decir que es cierto, y que las mujeres somos unas superdotadas, no?Pues no. Es absolutamente falso. Ese sexto sentido no existe El secreto de este mito no está en que las mujeres seamos muy listas, si no que los hombres son absolutamente tontos. Y para demostrarlo, voy a poner un ejemplo clarísimo para que lo descubran ustedes mismos:
Una mujer conoce a un chico guapísimo, se empiezan a ver más, se llaman, y todo eso que se hace al principio de una relación prometedora. Pues bien, en una de esas tardes en las que se charla detrás de un café ella le dice a él:
– La verdad es que me siento muy a gusto contigo.
Y, por supuesto, él le dice a ella:
– Yo también.
Y acto seguido cambian de tema y se ponen a hablar del tiempo tan magnífico que se nos ha puesto.
Pues bien, el sector femenino del público habrá pensado: “prácticamente se le está declarando, esta chica quiere muchisimo más”. Pero el problema está en ustedes, ese público masculino que seguro está pensando: “¿el café es descafeinado o normal?”.
Pero la relación sigue, y desgraciadamente nuestra acaramelada parejita se está volviendo un poco amarga. Frases como “¿no me has llamado esta mañana?” o “la verdad es que ahora no tengo mucho tiempo de ir a comer a tu casa” se hacen constantes. Evidentemente esta relación está muy cerca del final por un exceso de atención (por parte del hombre), ¿verdad mujeres del público?. Pues si, el fatídico día de la separación ha llegado; y, por supuesto, es la mujer la que da este enorme paso: “Mira caramelito, llevo mucho tiempo intentando hacerte ver que me siento muy agobida por ti (estupenda cara de sorpresa por parte de caramelito)y necesito decirte que tenemos que dejarlo por un tiempo, para crecer como persona, ¿tu me entiendes, verdad?. Comprendiendo al sector masculino del público voy a hacer una versión traducida de esta despedida: “mira coñazo, llevo dos meses lanzandote indirectas pero veo que eres incapaz de pillar que estoy harta de ti, que eres una babosa y que no te quiero volver a ver en mi vida, así que puerta, rico”
Y no es que no escuchen, es que son completamente incapaces de leer entre líneas. ¿Por qué no pueden descifrar un mensaje tan sencillo?Desde luego es bastante fácil, lo mires por donde lo mires. Pero es que si uno se para a pensarlo, en el otro sentido se cometen bastantes meteduras de pata. Por ejemplo: María y Paco (ese matrimonio tan famoso en la historia de España) están sentados en el sofá a las nueve viendo él un partido de fútbol y ella los desconchones de la pared. Y ahí va María: “Paco, ¿me vas a ayudar a hacer la cena?”. A lo que Paco contesta: “no lo se”. Pues bien señoras, por muy increíble que parezca, esto NO significa “claro que si cariño es que te quiero dejar con la intriga”. ¡¡Significa que no lo sabe!!. No me pregunten como pueden decir exactamente lo mismo que piensan por que aún no lo comprendo. Así que antes de que me tenga que ir linchada por los hombres de la sala mando un mensaje a los científicos del mundo: por favor investiguen este extraño suceso y dejen en paz al cerebro de los pulpos, que esto si es útil.
... y ahí tienes la muestra. Se me ha ido el santo al cielo. Al pensar en tu nombre, la imaginación me ha llevado a 'Malena es un nombre de tango', de Almudena Grandes. Pero seguro que tú has sabido suplir el error. Una vez más, perdona a este pobre infeliz, que no sabe hacer otra cosa que admirarte. Alfonso.