No dejemos que las preocupaciones nos transformen en un adulto común y corriente, no dejemos que ni el pasado ni el futuro nos opaque la belleza invalorable del presente, ya que la vida es efímera... y en un abrir y cerrar de ojos, dejamos atrás los momentos mas valiosos de nuestra vida.

Cada vez que nos sintamos agobiados y dejemos de apreciar los milagros diarios... recuerden que están desperdiciando un instante en el hoy. Es algo que siempre tenemos, por eso no lo valoramos, envidiamos al resto, nos lamentamos por lo poco que poseemos, por lo que hubiéramos podido ser... nos volvemos viejos amargados, triste, negativos, sin ambiciones... solo nos empieza a preocupar el trabajo, dejamos todo de lado por asegurar una supuesta estabilidad económica, pero el vacío que se crea dentro de nuestro ser nos mata... la inocencia, la bondad, la jovialidad van quedando aislados en un rincón de nuestro frío y endurecido corazón.

¿Cuántos de nosotros sabemos realmente apreciar el Presente? Sé que es difícil no pensar en el mañana y no niego que hasta cierto punto sea bueno... pero cuando esto nos ciega y empezamos a hundirnos las cosas cambian...

Imaginemos que una persona muy cercana a nosotros nos encargaran la organización de su matrimonio. Por ser un motivo tan especial, quieren que salga todo perfecto... Lo primero que hacen es pedir por internet una torta de almendras, ya que es lo que le encanta a su amigo. Pero por equivocación el día de la boda le envían un pastel de frutas. Por eso se desesperan pensando que todo empieza a salir mal, la inseguridad se apodera de ustedes... ¿Cómo reaccionarían? No les parece que la actitud más inteligente es comprender que el pastel de frutas también tiene un sabor agradable e igual lo disfrutarán.

La vida es así, no siempre obtenemos lo que deseamos... pero podemos rescatar lo bueno, si tan solo lo deseáramos. Cuando cargamos con demasiada responsabilidad bajo nuestros hombros, pequeñeces pueden parecer inmensas murallas.... a mas responsabilidades tengamos se hace más difícil saborear la vida. Recuerden el famoso dicho oriental “Si un mal tiene remedio, para que te preocupas y si no lo tiene, también para que te preocupas”.

En el libro de Dean R. Koontz, titulado Fuego Frío encontré las siguientes palabras, “Tenemos la habilidad de cambiar las cosas que no podemos aceptar, aceptar las cosas que no podemos cambiar y la sabiduría necesaria para conocer la diferencia”.

Cierta vez le pregunté a mi profesor de primaria, porque decidió trabajar en el colegio y él me contestó algo que me conmovió mucho... “Los niños son algo especiales, nos recuerdan que en la vida hay cosas más importantes que hacer, como montar bicicleta, jugar en el lodo con zapatillas nuevas, dedicar todas las energías para correr el día entero, buscar insectos en el jardín...”

Fueron palabras que recién he logrado captar su verdadero significado. Todos llevamos un niño dentro, pero lo mantenemos aislado, olvidado... Podemos optar por ser una estrella mas del montón o ser como el sol que ilumina, dando vida y energía a su alrededor, robando mas de un suspiro en amaneceres o atardeceres... quedando grabado para siempre en la memoria de los espectadores... Tiene una existencia distinta que marcan la diferencia en el monotonía, una fuerza capaz de estimular y cambiar su entorno...

En los albores del nuevo milenio, dejemos atrás lo negativo de nuestro pasado, la oscuridad que dificulta la claridad de nuestros días... Guardemos los recuerdos y vivencias como un tesoro inolvidable, pero no nos quedemos en él... Visualicemos un futuro alentador, tracémonos metas y luchemos con todas nuestras fuerzas. Iniciemos el nuevo año con un espíritu diferente, lleno de esperanzas y con la certeza que nos va ir mejor... Solo así percibiremos el cambio y atraeremos las oportunidades que tanto esperamos.

Les deseo de corazón que pasen una inolvidable Navidad en familia y un Año Nuevo lleno de Fe y esperanzas. Aprovechen estas fiestas para renovar sus energías y adquirir la fortaleza para enfrentar todos los obstáculos que les pueda deparar el 2002.


Kitsutani Kian Hernán Armando
11 / 12 / 01