**Escrito en tentativa del género de comedia, pero basado en hechos de la vida real.**
Una vez mas llega Diciembre y con ello las tradicionales comidas con la familia y amigos.
Desde principios del mes, consulto con papá y mamá , el menú para los días de fiesta, como lo son 24, 25 y 31 de Diciembre, 01 de Enero y el 6.
Se crea y desorganiza mas de una vez el menú, hasta que se decide que se va a cocinar.
Alrededor del día 20 de Diciembre, se comienzan a hornear pasteles y demás dulces propios de la época, con mi papá rondando la cocina preocupado al ver que el horno apenas se empieza a usar , ya que a él le encantan las golosinas y es su costumbre ayudar en la preparación de algunas.
Desde los diez años, me encargaron de los dulces, los cuales aprendí a preparar bajo la supervisión de la abuela paterna y de mi mamá, y con el pasar de los años, me fui ganando el derecho a mi lugar en el frente de la cocina festiva de la casa.
Hornear un pavo relleno, parece fácil pero es toda una odisea, la cual trataré de describir lo mejor posible.
Comienza la aventura por ir en busca del mejor pavo que se ajuste al tamaño de la familia y sus necesidades alimenticias. Una vez ubicado el pavo, es entonces hora de adquirirlo y llevarlo a la casa, cual trofeo de caza.
Llegando a casa , comienzo por buscar el envase especial que se guarda año tras año y que se usa para descongelar el pavo.
Ahí lo coloco para que poco a poco vaya perdiendo su rigidez post mortem en este caso debido a la congelación , y tratar así de hacer que sea mas fácil de manipular, por el cual lo sumerjo en agua , con sal, ajos enteros y machacados y unos 6 u 8 limones cortados en rodajas, y también hojas de laurel, y lo envio de regreso a la nevera, al menos por unas 24 horas hasta que llegue el momento de hornearlo.
Así una vez que va perdiendo la rigidez, el pavo va ganando algo de sabor ( supongo yo), ya que la receta me la dio la abuela a los 10 años y desde entonces el pobre pavo pasa por todos estos pasos.
He aquí cuando debo ir en busca de la olla para cocinar el relleno, pues mi abuela decía que el relleno del pavo es algo especial y que debe ser cocinado en olla propia y así es otra de las tradiciones a seguir.
Después de buscarla en la despensa , al fin encuentro la olla perdida en el medio de tanto cachivache propio para las artes culinarias y reposteras .... y Hoooo!! felicidad, ya puedo pensar en el siguiente paso.
Así que a cocinar el relleno, carne molida, el pan molido, aceitunas, y demás yerbas o preparar el relleno de castañas, según lo que se decida en familia. Una vez decidido que relleno se usará esta vez, entonces procedo a cocinarlo.
Unas dos horas después ya el relleno está listo y hay que dejarlo enfriar, y una vez mas voy a la nevera a comprobar la rigidez post mortem del pavo, la cual ha cedido completamente , por el cual parece estar en perfectas condiciones para lo que le espera mas adelante.
Una vez el relleno frío, procedo a recoger el pavo de la nevera, y secarlo muy bien con varias toallas de tela de la cocina, las cuales después deberán ir a parar a la lavadora con su correspondiente cloro.
Una vez que he secado al pavo, lo pongo encima del mesón de la cocina, y es todo un acontecimiento, ya que se que lo que me espera es aún mucha tela de cortar, o en este caso ... pavo para preparar.
Así que me armo de toda mi paciencia, y me equipo con aguja e hilo para coser el bandullo al ave, una vez relleno .
Ya sé que habrá problemas, pues una vez mas el pavo, no tiene suficiente piel para tapar las aperturas y lo miro de aquí para allá, y casi me convierto en un arquitecto e ingeniero tratando de convertir ese pellejito en suficiente piel para así tapar los agujeros.
Relleno el pavo, y comienza la hazaña final , ya que el ave a motus propio parece que quiere salir volando del mesón de la cocina y yo lo agarro por las alas, y él se resbala.
Lo agarro por las patas y sigue escurriéndose. Pienso como hacer y decido que el bicho ya está muerto y que no puede mas que yo, así que pido ayuda a alguien que este en casa que me ayude a sostener el pavo.
Así que lo voy rellenando y cosiendo, dejando a Frankestein con cara de asombro ante mis hermosas hiladas.
Logro hacer milagros y estirar la piel del pavo y al dar el último punto de sutura, respiro con alivio, preparándome para la otra parte que aún me espera.... y al pavo.
Así que enciendo el horno, e introduzco el bicho muerto, relleno y cosido en una bandeja de hornear y calculo las horas necesarias para la perfecta cocción del pavo, las cuales promedian entre 5 a 6 horas, dependiendo de su peso , además de la temperatura adecuada.
Una vez el ave en el horno, procedo a la limpiar todo el reguero que quedó de la lucha entre mi persona y el pavo.
Entretanto, se dispone la mesa para la cena de noche buena, que mas parece una competencia de sommeliers ante tanta copa dispuesta para los varios vinos ( aún cuando no este la "copa" especial del sommelier ) que se vayan a servir, además de platos y cubiertos, de pescado , carne roja y blanca, ya que por lo general en casa servimos un plato de pescado, el tradicional bacalau , pernil y el pavo, además de las ensaladas correspondientes a cada plato, pan de jamón y hallacas.
Una vez preparada la mesa y toda la familia presente y amigos que siempre nos acompañan, llega el momento tan esperado después de mas de 24 horas de expectativas y trabajo.
He aquí, que se hace espacio en la mesa vestida con sus mejores galas .... y llega el momento en que el protagonista de la noche hace su entrada, triunfante, encima de la mejor fuente de servir, rodeado de verdes y frescas hojas de lechuga del huerto de la casa, pues el contorno va en otra bandeja.
En el medio de la mesa, se dispone el pavo relleno, dorado, crujiente, y con las patas arropadas en calcetines hechos de papel rizado.
Se ve delicioso ... y mi papá con el trinche y cuchillo en mano, procede al primer corte de la pechuga....
Me quedo pensando que después de tantas horas, he ahí el pavo presto a ser comido en menos de una hora.... y me pregunto si no seré algo masoquista al pasar tantas horas en la cocina!!
Las tradiciones son hermosas y en lo personal me gusta mantenerlas, ya que mas que todo en esta época festiva , siempre me trae recuerdos de mi niñez y de los preparativos intensos en casa, de la expectativa ante los regalos del Niño Jesús, y todo eso es motivo de recuerdos llenos de nostalgia.
Pero sin embargo, aún pienso en la maratónica preparación del pavo relleno .. al cual en mi receta, le pongo un toque de miel....
... y al final del día, ver a la familia y amigos reunidos en torno a tantos símbolos festivos, vale la pena mantener las tradiciones, y aquí queda un brindis de feliz Navidad y feliz Año Nuevo ... al Universo.... y para aquellos que ya no están ....
Honey
31.12.2003
Los Teques, Venezuela