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Categoría: Hechos Reales

Manolo elZapatero

El Jíbaro de Río Hondo

Hay muchas personas en cada pueblo de nuestra bella isla que pasan por nuestra vidas y no podemos olvidarlas. Esta persona de quien les voy a narrar este cuento es una de ellas.

El personaje de este cuento se llamaba Manolo y le apodaban cariñosamente "El zapaterón". Nadie sabe de dónde vivo este humilde señor que un buen día llegó al pueblo y se ganó el cariño de todos. Ejercía la profesión de zapatero y no tenía un local para arreglar zapatos, solamente tenía una pequeña banqueta con unos cuadros de madera en cada lado para poner los clavos que usaba para arreglar los zapatos. En las mañanas se veía con su banco caminando por la calle buscando un lugar para montar su taller.

Cuentan los guasones del barrio que una vez el guapo del pueblo le llevó unos zapatos para que se los arreglara. Manolo cobraba dos dólares por ponerle suela completa y tacos a los zapatos de hombre y un dólar con cincuenta centavos por los zapatos de las damas, pero como era temprano y el día se veía un poco lento decidió cobrarle el precio de los zapatos de mujer. El guapo aceptó el precio y le entregó los zapatos y le dijo que volvería dentro de tres horas. El artesano se puso a trabajar afanosamente mientras trabajaba cantaba canciones románticas para deleite de las damas que pasaban por el lugar.

Pasaron unas dos horas y casi en el mismo momento que terminó su trabajo llegó el guapetón del barrio a recoger sus zapatos, los miró y elogió el trabajo, le dio las gracias y le dijo a Manolo: "Si quieres cobrar tendrás que pelear conmigo”, a la vez que le hacía una señal hacia el puente que quedaba a la salida del pueblo.

Cuando dos personas querían enfrascarse en una pelea, siempre se iban al puente, pues allí la policía casi nunca llegaba, por esa razón los problemas entre hombres se arreglaban en el famoso puente.

Dicen que el guapo fanfarrón media unos 6' 7" de estatura, Manolo apenas alcanzaba unos 5' 3". Cuentan los que presenciaron el encuentro, que Manolo se subió encima de su banca y le propinó un puñetazo en la frente, pero el guapetón ni se movió, entonces se le abalanzó encima y Manolo sacó su cuchilla de cortar los cueros y se le paró de frente al mismo momento en que el Guapo del Barrio corría como un caballo del hipódromo..., toda la gente del pueblo salía a los balcones a ver un guapetón corriendo y a Manolo corriendo detrás de él. Al pasar por la residencia del alcalde del lugar, éste le gritó:"Corre hijo de perra".

El guapo del barrio desapareció del lugar, dejó los zapatos perdidos, nadie sabe adónde fue, tampoco a nadie le interesaba. Fue un día que jamás olvidaran los habitantes del pueblo. Manolo había ganado una batalla...Fueron muchos los que agradecieron al zapatero su victoria. En las mañanas, cuando pasaba por la calle todos lo saludaban, se había ganado el respeto de todos, además había hecho correr a un guapo de barrio al cual todos le tenían miedo. ¡Nada, que mientras más grandes más pendejos son!

Si alguna vez visitan a Comerío pregunten por la bofetada que Manolo el zapatero le propinó al guapetón del pueblo, con sólo hacer esa pregunta le relatarán la historia con lujo de detalles.

Yo no fui testigo de esos hechos, pero así me lo narró mi madre y ella no miente.

Un abrazo Boricua para todos los que lean este cuento.

El Jíbaro de Río Hondo
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Nereida
invitado-Nereida 28-11-2004 00:00:00

Jibaro, Jíbaro, es usted un gran cuentista. Me gustaria mucho compartir con usted, si vive en Puerto Rico le invito a cenar. Nereida

María Eugenia
invitado-María Eugenia 07-11-2004 00:00:00

Con mucho respeto, quisiera responder la pregunta En barrios y pueblos siempre hubo un hombre (aún los hay) por cuya corpulencia aprovechaban para causar temor abusando de quienes no se atrevían enfrentarse a la dureza física. Pero nada, siempre apareció un gallito que no se dejaba j , coger de bobo. Realmente queda demostrado que el grandullón era un cobarde. El que no le pague a este zapatero, tendrá que correr descalzo.

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 06-11-2004 00:00:00

La verdad es que en este cuento me perdí, amigo Jibaro, pues el guapo del pueblo no puede salir huyendo. Es contradictorio, a no ser que guapo tenga en Puerto Rico otro significado. Puede ser.

María Eugenia
invitado-María Eugenia 03-11-2004 00:00:00

Grande y guapo se creyó Que no había otro más guapo Miren señores como corrió Dejando allí los zapatos. ja ja ja, que haga fiero ahora pa´ no pagar.

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