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Encontré una vida.

"PEDRO ESCÁRCEGA PERDIÓ LA VIDA AYER POR LA NOCHE"

Ese era el título de la primera plana hoy en el diario, su trágica muerte era descrita paso a paso por uno de esos reporteros crueles a los que no les importa nada más que ganar una buena plata contando historias trágicas sobre la gente de ésta gris y atareada ciudad. No terminé de leer el sangriento relato, me pareció poco agradable para empezar la semana. Tomé una de las tazas del fregadero y en ella vertí el agua para el té de todas las mañanas, preparé mi habitual plato de tostadas con mermelada de limón y desayuné tranquilamente como todos los días. Me dí un baño rápido y me vestí para salir a hacer lo de siempre; sentarme en una de las bancas del parque e inspirarme para una nueva historia. Aquel día me acompañaba Lennon, mi perrote negro. Hacía calor, era una mañana esplenadorosa, hermosa comparada con el duro invierno que habíamos pasado el año anterior. Estaba yo escribiendo sobre las aventuras de una pequeña ranita cuando de pronto Lennon se puso como loco, empezó a ladrar como si alguien lo estuviera atacando, entonces vi lo que sucedía: pasando por la calle había una vida perdida, asi es, una vida auténtica y sin dueño. Automáticamente recordé el encabezado del periódico, probablemente era la vida del tal Pedro, así es que cerré mi librito de pasta de cuero y metí la vida en mi morral. Parecía una vida bastante tranquila, no hizo el menor esfuerzo para que no la atrapara, su comportamiento reflejaba que de verdad quería ser encontrada. Al llegar a mi departamento me dí cuenta de que estaba más desordenado de lo habitual y me puse a limpiar sin siquiera acordarme de lo valioso que era el contenido de mi viejo morral, hasta que Lennon empezó a ladrar otra vez porque la vida se había logrado salir. Recordé todo lo sucedido y la metí en una cajita, no era muy grande, tenía mas o menos unos 18 años, pero tampoco era muy chica, así es que entró perfectamente en la cajita que yo ponía debajo de mi cama, después de encerrarla me senté en el sofá azul a pensar qué haría con esa vida perdida. "Tal vez Mariana la quiera, su vida esta ya hecha un desastre y no sabe qué hacer con ella, le caería bien una nueva..." Así fuí pensando en todos mis conocidos, hasta que me dí cuenta que no podría regalarsela a nadie más que a alguien que ya la hubiera perdido o que no tuviera una. Tal vez mi amigo imaginario, Ramón , la podría utilizar, pero no, no me gustaría que dejara de ser imaginario. ¡Mi abuela! esa era la solución, se la devolvería a mi abuelita tan querida y adorada, pero hay un problema, sus cenizas fueron disueltas en el mar, no se la podía dar a ella. Ya había estado toda la tarde pensando, asi es que fuí a la cocina por algo de cenar y prendí la tele, pasaban las noticias del canal 106 y estaban entrevistando a la familia del recién difunto. Fué entonces cuando se me ocurrió una brillante pero predecible idea: "¡se la voy a devolver al pobre Pedro!" Los reporteros ya habían dado la dirección de la casa en la que se llevaba a cabo el funeral, salí corriendo sin pensarlo más. Cuando llegué a la casa con la joven vida en mi morral todos se quedaron antónitos, nadie ahí me conocía y era obvio que nadie me espraba ahí. Abrí mi morral sin decir una palabra y la vida salió despavorida hacia su dueño, Todo se quedó inmóbil, yo conyuve la respiración esperando a que algo sucediera, empecé a sentir esa sensación en la que todo parece ser un sueño del cuel no quieres despertar. Seguía yo sin exhalar, ni una palabra, un cosquilleo en mis dedos que subió hasta los hombros poco a poco, me estaba empezando a acalambrarme. "Ya que termine, que despierte..." La familia emepzó a impacientarse, pensaban que yo era algún estli de hechicera del infierno o algo así, depronto se escuchó un fuerte y largo suspiro que rompió el silencio, él abrió los ojos como si hubiera despertado de un largo y profundo sueño; Se miró mas manos, las tenía débiles y pálidas, se incorporó y toda la familia y amigos me miraron como si estuvieran viendo a algún tipo de fantasma. Me sentía incómoda en aquel ambiente, asi es que salí lentamente sin decir una sola palabra y me fuí a mi casa satisfecha por lo que había hecho. Regresé a casa sin la vida que acababa de encontrar a escribir lo que había vivido ese día. Fué raro, pero irrepetible. Cuando encuentres una vida perdida no dudes en llamar, aqui Lennon, Ramón y yo nos encagamos de devolverlas a sus dueños.
Datos del Cuento
  • Autor: Allemande
  • Código: 14129
  • Fecha: 10-04-2005
  • Categoría: Sueños
  • Media: 5.77
  • Votos: 101
  • Envios: 2
  • Lecturas: 5100
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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16 comentarios. Página 1 de 4
lalo
invitado-lalo 29-06-2006 00:00:00

Hola me gusto mucho el cuento, me parecio loco, talvez demasiado incensato, pero bueno y con sentimiento... esta genial la neta

°~Verito°~
invitado-°~Verito°~ 23-05-2006 00:00:00

Me encantó la idea pulgy!!! eshtá super rara pero wow super buena!!! mi gushtó musho! esq de vddcomo dishe agui, esribes mega bien!! en serio felicidades!!!

Sayuri
invitado-Sayuri 30-01-2006 00:00:00

Deveras padre lo q escribes me facinó leerlo puxa como te admiro...

Fer R.
invitado-Fer R. 24-09-2005 00:00:00

Está muy original la idea de tu cuento, jamas se me habria ocurrido algo asi. La verdad yo ya habria contratado tus servicios tiempo atras, sin embargo creo q ahora ya seria tarde. Pero nunca es tarde, un día, tarde o temprano a todos nos encantaría q tu historia se hiciera realidad. Te Quiero muchisimo!

Buscadora de mermelada
invitado-Buscadora de mermelada 15-05-2005 00:00:00

1 kg de limones, un kilo de azucar de refinería, 3 clavos de olor. Rallar un poco los limones, cortar y quitar el jugo y semillas, cortarlos en tiras finas. Colocarlos en un recipiente de vidrio enlozado(?)cubiertos con agua y dejar macerar por 48 hrs, cambiándoles el agua cada 5 hrs. Escurrirlos, colocarlos en una cacerola y cubrirlos con agua, hervir hasta que estén tiernos. Escurrirlos y colocarlos de nuevo en la cacerola con el azucar y los clavos de olor, cocinar hasta que tome punto de mermelada, dejar enfriar y envasar.

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