Hace no mucho tiempo, habia un muchacho muy bien parecido, con sus cabellos lacios y dorados que se movian al compas del viento, unos ojos verdes que denotaban su luz interna, de tez blanca y de buena estatura, era en fin el sueño de cualquier dama; pero vivia desolado, con un fuerte dolor en su corazon, que ya parecia un colador de tantas quebraduras que el tiempo y el amor habian dejado en su interior. Esperaba deseoso el verdadero amor de una dama, ya que carecia de caricias y palabras dulces que llenaran de luz su alma. En ese tiempo aparecio en su vida esta señorita, que no siendo hermosa externamente le dió un giro a su vidacon palabras de aliento y haciendole reir hasta en su soledad. Era feliz.Y se sentía mejor a su lado. Una tarde cualquiera de primavera éste declaro su amor a esta joven, quien quedó enmudecida ante las bellas palabras que el caballero le susurraba al oído. La dama algo confusa decidió darle su aprovación, pero le había advertido sobre lo estrictos padres que tenía, a él no le impotó diciendo que sería capaz de demostrar lo que fuera para estar con su amor. Pasó el tiempo y aunque muy dificilmente llegó a ser aprobado por los padres de ella, seguía enamorado al igual que ella. El joven apuesto tuvo que viajar obligatoriamente al continente, jurandole a su amor bañado en lagrímas que volvería a sus brazos, ella casi sin poder mediar palabra le dejó dicho que siempre lo esperaría y rezaría por su pronto regreso. Pasaron tres largos meses de espera y el muchacho regresó sorpresivamente a los brazos de su amada, y se juraron uno al otro que jamás se volverían a separar. Eran felices, se amaban y eran el uno para el otro. Pasado el tiempo, la joven habia cambiado mucho, era mucho mas guapa, y se denotaba mas la sonrisa en sus labios, su amado lo había notado y estaba muy entusiasmado en pedirle sagrado matrimonio, ya había comprado la sortija que tanto había anhelado su amada, y estaba preparando su declaración. Uno de esos días ella salío a comprar unas cosas. En ese instante, cruzando la calle un automovil en gran velocidad atropella a la dama, dejandola finalmente sin vida. Su familia lloró amargamente su despedida tan trágica, pero nadie sufrió tanto como él, y decidió darle su anillo, mientras dormía eternamente en su caja blanca con rosas de color rosa palido, mientras le decía: "Nunca nos separaremos amor". Pasados unas semanas, se le aparece un angel a el apuesto joven, mientras el estaba en su habitación pensando en ella. Sorprendentemente ese angel era su amada, quien le avisaba que no sufriera, que pronto estarían juntos de nuevo, le dio un abrazo y se retiro en forma de una luz blanca. El caballero, se quedó pensativo, hasta que decidió dejarlo en manos de Dios. Despues de varios meses, el joven fue decidido a su escuela, cuando cruzando por la misma avenida en el mismo lugar donde fue atropellada su amada, un auto le quitó a él tambien la vida, en ese momento aterrizo lentamente un cuerpo resplandeciendo en luz, abrazó a su amado, lo tomó entre sus brazos y los llevó al cielo; donde estuvieron juntos por toda la eternidad. Donde nunca se volvieron a separar