Podría estar horas describiéndote, días hablando de ti, años a tu lado. Traes tiempos de paz cuando la última batalla eclipsa mi ámino. Eres el amigo fiel que con su mirada levanta un castillo con las ruinas de mi alma. Eres el amante que se entrega con la furia de un cuerpo indomable, con la dulzura con la que una niña acuna su primera muñeca. Eres el esposo, que sacrificaría su propia felicidad por dibujar una sonrisa en mi rostro. Eres el todo dentro de este cuerpo que llego a convertirse en nada. Eres el sol que da calor a la indefensa tierra o quizás el agua que me alimenta. Tengo años para agradecerte que entraras en mi vida trayéndome todo lo que en estos momentos poseo.
Cumpliste todos mis sueños, me convertiste en princesa de cada cuento, protagonista de mi propia historia. Me enseñaste a eliminar a actores secundarios, falsos pañuelos de lágrimas. Me das cada día una ilusión al mirarte a los ojos, me rescatas a la niña que llevaba encerrada con cada sonrisa. Le devolviste a unos padres una hija que no quería soñar, llena de planes. Sin castillos en el aire, pero con pilares en el suelo.
Aún cuando te abrazo, tu beso, te entrego mi alma, todavía me preguntas ¿por qué te amo?, no hay respuesta más respuesta que "Eres dulzura extrema"