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Diego y los ladrones

Érase una vez una familia muy pobre que vivía en una pequeña choza situada a las afueras de la aldea. Cada vez que la madre se iba a trabajar y dejaba a su hijo solo le decía: ¡No abras la puerta a nadie y ni se te ocurra enseñar nuestros ahorros!.Diego, su hijo, le respondía que se fuese tranquila a trabajar, que él seguiría al pie de la letra sus instrucciones. Pero....un día aparecieron unos hombres, que parecían excelentes personas, y llamaron a la puerta. Diego pensó que aquellos hombres eran demasiado buenos como para que hubiese peligro alguno si abría la puerta, así que se fue corriendo a abrirles. Estos hombres le preguntaron, como quien no quiere la cosa, si tenía algo bonito que les pudiese mostrar. Diego, rápidamente y sin dudarlo, se dirigió a la cómoda del cuarto de su madre y agarró las pocas monedas que allí tenían guardadas. Los ladrones (porque eso era lo que eran aquellos hombres que parecían tan buenos), cogieron las monedas y se dieron a la fuga.Al cabo de poco tiempo, llegó la madre de Diego. Éste estaba triste y le confesó a su madre lo que había sucedido. La pobre mujer, viendo que todos sus ahorros habían desaparecido, se echó las manos a la cabeza y comenzó a correr por el camino que los ladrones habían cogido.Mientras, le gritaba a Diego que intentaba acompañarla: ¡Cierra la puerta! Llevo la puerta, mami ¿y?- le respondía Diego. ¡Cierra la puertaaa! Llevo la puerta, mami ¿y?Sin prestar atención a lo que su madre le gritaba, cada vez mas distante de él, levantó la puerta y comenzó a correr, con ella a cuestas, al encuentro de su madre.Ya muy lejos del hogar, muy cansados y sin ver el camino, porque ya había oscurecido, Diego y su madre decidieron pasar la noche encima de un nogal, cargando también con la puerta.A altas horas de la madrugada, sienten unos pasos y a unos hombres que están conversando, mientras se dirigen hacia donde ellos se encuentran. De repente, se detienen justo debajo del nogal en el que se encuentran y es entonces cuando Diego los puede reconocer: Se trataba de los dos ladrones que, horas antes, le habían robado todos sus ahorros.Los ladrones empezaron a dividir todo lo que habían robado ese día: Esto para ti.... esto para mi. Esto para ti.... esto para mi.Mientras Diego y su madre, en cima del nogal, ni respiraban. De respente Diego le murmura a su madre: ¿Tiro la puerta, mami?Su madre, muerta de miedo le tapa los labios con un gesto, pero Diego sigue: ¿Tiro la puerta, mami? ¡Y la tiró!Los ladrones, pensando que era el cielo el que se les caía encima, huyeron para no regresar mas.Y así fue como Diego y su madre, no solo recuperaron todos sus ahorros, que unas horas antes habían perdido, sino también un montón de nuevas riquezas que los ladrones habían abandonado en el suelo.

Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
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