A veces nos encontramos demasiado solos en este inmenso mundo en el que nos ha tocado vivir. Demasiadas veces, por intentar llegar a demasiados lugares, descubrimos que no hemos avanzado nada y que nos encontramos en el mismo lugar de partida..... es decir con el corazón vacío y con una terrible tristeza en nuestra alma.
Con demasiada frecuencia, intentamos maquillar nuestros sentimientos, hacerlos más grandiosos, más sublimes, más intensos....... con la simple intención de que el mundo se complazca de nosotros, sin pensar en que la complacencia no nos permite el desarrollo, nos frena el avance y nos destroza nuestro verdadero camino.
Pensamos, antes incluso de pedir opinión, que nuestros pensamientos no son válidos, que nuestros sentimientos anda ajados y malditos, que todo a nuestro alrededor se dibuja de mejor forma que lo nuestro propio; siendo por ello que intentamos hacer nuestras, cosas que no nos pertenecen y que jamás nos pertenecerán, cambiando con ello el rumbo de nuestra existencia de forma inevitable.
Así creo que sucede de forma habitual en el amor, así se suceden los grandes fracasos a los que nos vemos abogados, así ocurren las grandes desilusiones, los grandes desalientos que hacen que nuestra vida se nos antoje una vida insípida y miserable.
No existen culpables, o mejor dicho, si, existe un culpable y no es otro que nuestro propio egoísmo.
Desde nuestra infancia nos enseñan a competir, a ser gentes competitivas, arrogantes, sin criterios propios. Personas capaces de asolar y desolar todo aquello que su cruce en nuestro camino, capaces de conseguir los mejores tangibles, las mejores ofertas, las buenas promociones......., para ello no nos importa cambiar el pellejo, mudar la cabeza o lobotomízar nuestras originales ideas en pos de un mejor trabajo, de una mejor casa, unos mejores ingresos o un mejor estilo de vida.
Al comienzo todo resulta........... conseguimos un trabajo (que aunque no es el trabajo que nos guste), es el mejor pagado; tenemos amigos importantes (que aunque odiamos por su cinismo), son de lo mejor con lo que uno puede alternar; tenemos un carro (del que desconocemos más de la mitad de sus funciones), aunque es cierto que es de última generación y además es carísimo; cenamos en los mejores restaurantes de la ciudad (aunque lamentamos no poder chuparnos los dedos después del postre o beber la sopa sorbiendo en el propio plato), pero no importa, porque estando es este o aquel restaurante importante...., de seguro saldremos en la foto de sociedad.
Y así transcurre nuestro existir, engañoso, pero placentero........... irreal, pero cierto.
Y todo funcionaría bien, si no entrara en escena el amor....... si amigo, el amor..... Utilizamos la misma táctica que con el resto de nuestros triunfos.
Cuando nos encontramos de frente con el amor, utilizamos nuestras engañosas técnicas, nuestras enrevesadas formas para con él. Conseguimos engañarlo, conseguimos incluso dejar atónita a esa persona amada.
Como es ya un costumbrismo en nosotros, nos ponemos nuestros disfraces de triunfadores y actuamos para él. Transcurrido un tiempo, nuestro manual de engaños se nos queda sin páginas, nuestros recursos se nos agotan.......... era de esperar...... puesto que nada era propio ¿recuerdas?, tu decidiste hacerlo así; nunca confiaste en tus reservas, nunca confiaste en tu potencial, nunca dejaste actuar a tu verdadero Yo.
Pero nada importa, todo tiene solución ¿verdad?. Un rápido divorcio y alguien a quien echar las culpas de nuestros fracasos, es un remedio infalible. Y nuestra vida, la de siempre, continúa; rodeado de nuestros cínicos amigos (que siempre nos dan la razón), de nuestro carro, al que casi no sabemos manejar y de ese trabajo que nos ha acostumbrado a un nivel de vida del que ya no podemos prescindir............ nuestra mentira....-perdón, quise decir vida- continua.
Yo, desde estas palabras, desde este pequeño espacio, te grito, te imploro, te insto a que tu seas diferente. Te animo a descubrir tu propia grandeza, la que llevas en tu interior, te animo a que descubras que sólo existe algo más importante que la propia vida.... y eso tan importante y tan maravilloso es el amor.
No juegues a los disfraces, porque pronto te descubrirá. Por el amor, abandona, tu tierra si eso es necesario, despide a tus amigos con un postrero adiós, abandona tu vivir, y regálale la vida a tu amada.
No te importe perder lo que has conseguido, porque lo que tienes no te colma, y confía en el amor. No urdas engaños........ llora cuando no desees contener tus lagrimas, ríe cuando tengas el corazón alegre, muéstrate integro a la persona que amas, ella ha de ser lo más importante en tu existir.
Si no sabes recitar, sólo habla. Si no te puedes permitir el lujo de regalarle un hermoso vestido, dile lo bella que resulta su desnudez. Si no alcanzar a regalarle flores, arriésgate y salta al jardín de tu vecino y arráncale la más bella rosa que exista. Si no sabes decir hermosas cosas, ofrécele la más tierna y profunda de tus miradas y de tus sonrisas. Nunca dejes de pasar un solo instante sin regalarle “un te quiero”. Nunca dejes pasar un beso destinado a ella, nunca un abrazo, nunca una caricia un mimo. Hazle saber, con tu presencia, que no existe ser más maravilloso en el universo. Hazla mujer, hazla la más bella de las criaturas.
Piensa, que ella te amará de la forma en que te conozca. Ofrécete a ella libre y ella libre te amará, muéstrate limpio de engaños y ella te recompensará con la más verdadera verdad de su ser. Aprende a descubrir el maravilloso y simple secreto que guarda cada mujer, que no es otro que, saberse la más amada de las criaturas.
Puedo garantizarte, amigo, que nunca descubrirás el verdadero amor, hasta que no tengas a tu lado lo más importante y puro que existe en este mundo, que no es otra cosa que una mujer que te ame con todos sus sentidos.
A ti, Verónica, que te diré.......... – lo que he decirte, te lo diré pronto a tu odio-, mientras tanto......... vive sabiéndome tuyo.
Mil Besos .
Pasa_Un_Angel.