Así era, agüita salada, se recostaba en la playa y como mojaba la arena se sentía muy grande. Egoísta, rebelde, inflamada por su falsa vanidad, a veces escalaba un arrecife de poca altura y como se sentía subir, creia que iba muy lejos, de tan simple se ponía ella muy feliz. Tan feliz que calaba, cuando se le antojaba ver el cielo, miraba perezosa....
Y un poco abajo y ahí esta la tierra, agúita grande, agúita bella, la vanidosa creía que no le faltaba más nada. Así seria por siempre... agüita salada, su bagavundo vaivén sin querer le filtro el alma y un día de sol despertó solo una gota de agua clara, con la única misión de apagar la sed de quien necesitara.
Iba leyendo de lo más bien, hasta que me choqué de frente con la palabra "bagavundo". Mi opinión es que tan importante como escribir, es revisar y pulir.