Nevaba y nevaba sin parar, los niños miraban por la ventana como caían los copos de nieve. El suelo gris de la carretera se cubrió de nieve blanca y el césped del jardín se cubrió completamente. Cuando dejo de nevar, los niños salieron a la calle para jugar con la nieve, correteaban por la blanca alfombra recién formada. Entre todos recogieron la nieve e hicieron un gran montón. Con sus pequeñas manos fueron moldeando un muñeco precioso. Le llamaremos Chico, el muñeco de nieve. Pronto terminaron el nuevo amigo; tenía los ojos color carbón, nariz de zanahoria y boca de piñon. Le vistieron con gorro y bufanda para que no pasara frío. Pasaron los días, los niños salían a jugar con Chico, al corro de los niños, al pilla pilla y otros juegos más. Chico no se movía pero acompañaba y servía de ayuda en muchos juegos como el escondite. Pero los días empezaron a ser mas largos y los rayos del sol más calidos. Chico se fue derritiendo poco a poco, hasta que solo quedó de él su gorro y su bufanda. Los niños se entristecieron mucho cuando vieron que había desaparecido, pero comprendieron que Chico se tenía que ir, ya que no podría vivir con el calor. Decidieron volver a construirlo el próximo invierno con la primera nevada.