Comentario del autor: Este relato es una mezcla de erotismo y terror.
SINOPSIS: En LA HIJA DEL DIABLO (1) conocimos a Patricia Reyes, la hija del Diablo, Un basilisco Moderno, a quien, como sus antepasados, quien la ve excitada sensualmente, muere. Necesita la ingestión de semen (elemento de vida humana) para atenuar sus poderosas fuerzas demoníacas. Patricia se ha enamorado. Nacho conoce su enorme poder de seducción erótica pero desconoce su enorme poder maligno.
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Nacho había producido aquellas palabras dentro de la gran satisfacción que le produjo el más exquisito orgasmo de su joven existencia, en realidad desconocía los abismos insondables que se les abrieron con sus palabras. La noche del mismo día de su encuentro sexual con Patricia, se enfermo de un terrible dolor de cabeza acompañado de un frío glacial y dificultades respiratorias con una fiebre tan alta que un vaso de agua le producía a su cuerpo el efecto de las heridas de mil cuchillos afilados. Los médicos indicaron medicamentos contra neumonía aguda de naturaleza desconocida.
Los jóvenes universitarios continuaron muriendo de manos extrañas. La cabeza de Roberto Montes, estudiante de Física apareció paseando la ciudad en el techo de un Bus, a Ramón Rosario Ramírez y Rafael Lara, le fueron cortados sus penes con todo y testículos. Murieron desangrados. El joven profesor de literatura, Fabián Marrero, fue hallado colgado de los testículos debajo de un árbol en la ribera del río Ozama, le habían cortado ambas piernas y ambas manos. El pueblo estaba conmovido por estos crímenes inexplicables. La policía disponía de pocas pistas e indicios. Las pruebas forenses mostraban que las victimas disfrutaron de relaciones sexuales antes de sus violentas muertes.
El pánico se apodero de la ciudad. Los jóvenes dejaron de salir de noche, las ventas en discotecas y lugares nocturnos se habían reducido a cero. Patricia, conocedora de sus instintos sabía lo que esto representaba. Si dejaba de hacer el amor y de acariciar penes, sus inclinaciones salvajes emergerían ferozmente y no había salvación ni para ella ni para nadie. Preparo una fiesta en su casa e invito a sus compañeros de estudios, y al mismo Dr. Feliciano Pérez, el rector de la universidad. Una orgía seria su salvación.
Nacho moría lentamente, el sabia la causa pero no se lo confesaría a nadie valía la pena morir por esa mujer, reflexionaba. Supo de la fiesta de Patricia y se entristeció por sus amigos, pero no le advirtió a nadie. Estaba enamorado. No traicionaría a Patricia.
Los invitados empezaban a estacionar su carro en el parqueo de la enorme mansión. El retumbo de la música pesada de Nirvana y Metallica que salía por los ventanales encendía los ánimos de los concurrentes. Patricia estaba más hermosa que nunca. Sus hermosos ojos azules brillaban de alegría y posiblemente de placer. Los jóvenes empezaron a bailar. Solo Don Feliciano, ojeando un libro de poesía de Silent Natasha que encontró en la cómoda de entrada, noto que en aquella casa no moraba un alma más que la propia Patricia, una serpiente cascabel negra que nerviosa, bajaba y subía los escalones y un sapo gigantesco que saltaba (como de alegría) por toda la casa. Tuvo un mal presentimiento. Se marcho.
Al sudor de un Rock diabólico las chicas empezaron a desvestirse bajo la mirada lujuriosa de los muchachos. Patricia recordó a Nacho. Debería ser su acompañante esa noche, aunque ella pensaba hacer el amor con todos. Le llamo al móvil. Nacho estaba agonizante. Su hermana tomo el teléfono celular y se extraño de ese número tan insólito.
-¿Hola Nacho?
-Hola Patricia. -¿Sabes que estoy muriendo, -¿Sabes que por tu culpa muero? -¿Sabes que los Doctores le afirmaron a Mama que moriré antes de la medianoche?
-No, no lo sabia, -Voy contigo-, contesto Patricia, quien sabia como salvar a Nacho. Dejaría los invitados con sus padres adoptivos, el sapo y la serpiente. Estaba segura de que nadie abandonaría la fiesta por su ausencia; nadie que no supiera romper el conjuro que en forma etérea estaba infiltrando en la música, y en forma liquida a las bebidas y exquisiteces.
-Iré ahora mismo, Nacho. Asegurate de estar solo y de no mirarme.
-Así lo haré, contesto Nacho, siempre resignado, e inmediatamente sintió aquel perfume con olor a cielo que se esparció por toda su habitación de moribundo. Era ella; cerró los ojos e inmediatamente sintió el olor característico del pubis femenino que se deslizaba suavemente por su boca. Sintió aquellos vellos agarrotados y perfumados. No había dudas, Patricia había colocado su vagina en su boca: –Vive Nacho, absorbe, lame, traga, Por el odio de mi padre, chupa, repetía Patricia, y siguió: Quiero que vivas. Mis jugos te devolverán la vida, ¡chupa!.
Nacho empezó a lamer y chupar, nervioso y desesperado, como un pequeñín en los senos de su madre, y en la misma medida en que lamía y tragaba su organismo se fortificaba, su rostro abandonaba lentamente el perfil cadavérico; sus brazos, muslos, tórax, todo su cuerpo se vigorizaba. –Chupa Nacho, repetía Patricia, -Vive, Chupa, mientras sus azulísimos ojos se entornaban en el placer mas grande que alguna vez hubiera sentido su alma endemoniada, logrando su primer orgasmo de un humano.
-No sabes cuanto te quiero Nacho, repitió como aquella tarde, y prosiguió -te devolví la vida y parte de la mía, Nacho, ahora tendrá que devolverme lo que me corresponde. E inmediatamente y con una ternura sin par, empezó a desnudarlo. –Por el odio de mi padre, No abra los Ojos Nacho, repitió, y se introdujo aquel enorme falo de Nacho dentro de sus profundidades infernales. Nacho estaba tan extasiado y emocionado que no bien sintió el calor formidable de aquella humedad maldita cuando se desparramo en un orgasmo que hizo retorcer de placer todo su cuerpo. Lo había logrado, había fornicado con la chica más bella del mundo, la reina de la sociedad, la reina de la uni y la vez, la hija del diablo.
-¡Cuanta felicidad! Sintió la hermosa cabeza de Patricia que se recostó en su pecho. El mejor momento para conocerla, para aclarar sus dudas:
-Quien eres realmente, Patricia y quien es tu padre?
-Soy la que soy, Nacho, y mi padre es quien es.
-¿Por qué eres buena conmigo?
-Porque te amo, Nacho, -¿No te das cuenta?. Te amo.
-¿Y porque me amas, Patricia, ¿Por qué?
-Porque tú también me amas Nacho, -¿acaso no ibas a morir llevándote mi secreto? -¿acaso no recuerda que tengo a todos tus amigos en casa para mi alimento de meses, y tu no le advertiste a ninguno de ellos. Me amas Nacho, no lo puedes negar.
Un beso largo, húmedo, prolongado fue la respuesta de ambos a esta última reflexión de Patricia.
-Y que ocurre si abro los ojos y te veo?
-Quien me ve en la intimidad, muere. Contigo no sabría, Nacho, aunque yo prefiero que no lo abras.
Sin embargo Nacho los abrió. Abrió los ojos y observo la gran hermosura desnuda de Patricia y sus ojazos azules que ahora lloraban
-Por que llora, Patricia mía?
Patricia no respondió, solo arqueo las cejas que le daban un toque triste a su rostro hermoso y lo miro con una lastima grande.
La cabeza de Nacho salio disparada como un misil yendo a caer a la azotea de un edifico de 15 plantas que estaba a tres cuadras de su casa, los demás restos de su cuerpo se desperdigaron en un radio de dos kilómetros a la redonda.
La poderosa cadencia del Rock diabólico que salía por puertas y ventanas de su mansión le auguraba buenas nuevas…. Sin embargo… aun lloraba.
Joan Castillo
23/08/2004
Excelente combinación erotismo-terror te felicito, mantienes en estos dos pequeños relatos una fijación del lector al suspenso con mezclas eróticas bordeando ambos géneros. En verdad me encanto.