Cada noche desde hacía varias semanas venía sufriendo la misma pesadilla: la imagen de su reloj digital de mesilla con idéntico mensaje parpadeante en la fluorescente pantalla:
Monday, 3 May
00:00
Y al instante, se incorporaba sin aliento y bañado en un sudor frío que le bajaba por la espalda hasta humedecer sus calzoncillos. Sentía pánico y lo primero que comprobaba era el estado del despertador
Sunday, 2 May
05:15
Le quedaba únicamente un día para superar aquella inquietud, para traspasar aquella barrera temporal que su propio subconsciente le marcaba sin ninguna razón aparente. Eran miles las suposiciones que había propuesto para resolver la intriga que rodeaba a ese día, infinidad las conjeturas que había pretendido indagar para resolver el desenlace de tal fecha.
Esa mañana fue a trabajar como una jornada más. Pero él sabía que no era una jornada más, que aquella podría ser la última, por eso echó una afligida ojeada a la oficina antes de dar por concluido el día.
Cenó como siempre, un sándwich de jamón y queso en pan tostado, al tiempo que miraba la televisión. Pero sus pensamientos se hallaban más allá de lo que la señorita del Noticiario narraba. Su mente se hallaba dispersa buscando la manera de superar aquel muro psicológico que tanto le atormentaba.
Monday, 3 May
23:35
Imposible concilar el sueño en esas condiciones, era demasiada la tensión acumulada. Entonces decidió darse un baño de sales y abundante espuma para calmar sus nervios. Pese a vivir solo, echó el pasador y se desnudó con sigilo, como si temiera desvelar de su sueño a alguien. Se introdujo en el agua y notó cómo el calor acariciaba su cuerpo. Aquella sensación le reconfortó y lanzó un profundo respiro de alivio. Cerró los ojos y pudo conciliar el sueño antes de que un ligero “click” le sacara del descanso. El corazón, totalmente acelerado, no sería capaz por mucho más tiempo de soportar la escena que sus ojos estaban presenciando.
El cerrojo estaba abierto y el pomo de la puerta giraba lentamente. El miedo le tenía totalmente paralizado y su cerebro no respondía.
La puerta terminó por abrirse. Al principio la apertura era imperceptible, pero luego acabó por quedar abierta de par en par.
Un escalofrío recorrió su cuerpo tembloroso, no ya por la corriente de aire frío que entraba, sino por el inmenso pavor que sintió al ver surgir de la nada la imagen de su madre.
- ¿Qué día es hoy? –le preguntó la mujer.
El hombre era incapaz de pronunciar palabra coherente alguna, se sentía incapaz de hablar con un espectro, por mucho que éste fuera su madre. ¿Pero cómo podía ser aquella cosa borrosa su madre, si no estaba muerta?.
- Llevo años esperando tu visita, pero tú nunca te tomaste la molestia de acudir a hacer compañía a esta anciana, ¿verdad?. Estabas demasiado ocupado con tu trabajo y tus mujeres. Mientras tanto, los días, los meses y los años pasaban sin que yo pudiera estar siquiera 5 minutos con mi hijo.
Entonces, agarró con sus manos el reloj digital, detenido en
Monday, 3 May
00:00
y prosiguió:
- Esta es la fecha de mi defunción. ¿Ves la hora?. Ésta será la hora de la tuya –y arrojó con violencia el aparato a la bañera, sin dar opción al hijo a escapar del tremendo fogonazo que apagó las luces de media manzana-. Ya nunca jamás volveremos a separarnos, hijo mío.