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Todos nos hemos topado al menos una vez con este tipo de negocios en donde un hombre se dedica a vender distintos cortes de carne. Laleyenda que voy a contarles, trata sobre el local de don Chucho.
El establecimiento en cuestión tenía una de las mejores ubicaciones en todo el pueblo, estaba justamente ubicado detrás del palacio municipal y diariamente era visitado por decenas de personas, no importando que éstas fueran turistas o pobladores del lugar.
No obstante, las cosas empezaron un poco mal con la llegada de varios empresarios quienes deseaban construir un supermercado en esa zona. Al cabo de unos meses esta gente consiguió los permisos gubernamentales necesarios y puso en funcionamiento su negocio.
Como era de esperarse las ventas de la pequeña carnicería fueron viéndose minadas paulatinamente. Pronto don Jesús no tenía el dinero suficiente para surtir su establecimiento.
Una tarde un hombre misterioso entró al lugar, se dirigió rápidamente hacia donde estaba el dueño, se saludaron y en cuestión de segundos se fueron al sótano que era el sitio de los congeladores. Luego de varios minutos, aquel tipo de apariencia fantasmagórica salió del local sin decir una palabra.
A la mañana siguiente, todo era de lo más normal con la diferencia de que ahora los mostradores estaban llenos de carne. Parecía mágico, ese día la gente entró en tropel a comprar (como en los viejos tiempos). Nunca se le ha visto tan feliz a don Chucho, tenía una sonrisa que no le cabía en el rostro.
Así pasaron varias horas hasta que una patrulla se detuvo en la entrada y uno de los oficiales entró diciendo:
– Buenas tardes señor Álvarez (ese era su apellido), estamos investigando la desaparición de los señores Manríquez (los dueños del supermercado). Como usted es su vecino suponemos que a lo mejor vio algo.
La cara de mi patrón se puso blanca y comenzó a balbucear:
– ¡Yo no los maté, yo no los maté!
Al escuchar eso, otro de los patrulleros se fue corriendo hacia el sótano, sólo para descubrir los cuerpos desmembrados de aquellos hombres. Hasta ese entonces la única leyenda que se conocía en el pueblo era la leyenda del perro con botas.
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