Un día más, mmh, una chica mas. La conocí en la disco, me dejó impresionado desde el primer momento en que la vi. Usaba un vestido negro, muy escotado y con la espalda descubierta hasta donde es debido, usaba el cabello suelto, me encanta, negro y liso, y lo más importante sus ojos, negros como la noche como una fiera en busca de su presa. Me acerque a ella y creo que yo también le di buena impresión, la invite a sentarse en mi mesa y por supuesto un trago, de hecho fueron varios. Estuvimos platicando y tomando toda la noche, se levanto a media plática y me jalo a la pista de baile, parecía que la pista le pertenecía, todos le abrían el camino y cuando empezó a bailar me dejo impresionado. Conforme bailábamos se iban acercando nuestros cuerpos y ella dirigía mis manos, demostrándome como y donde le gusta ser tocada.
A la salida me dijo que quería acompañarme a mi departamento, me leyó la mente. Llegamos a mi departamento y prepare unos tragos, puse música exótica para que ella bailara, yo me dedique a observarla ya que estaba cansado por la disco. Para hacer corto el cuento el alcohol y su baile provoco que termináramos juntos, pero no conseguí lo que yo quería realmente. Cada vez que intentaba besarla apartaba sus labios de mi camino.
Me despido de ella como si nada hubiera pasado, la acompaño a la puerta y esperando a conseguir lo que busco nuevamente me evito.
Llevo años buscando a esa persona especial, no lo creerán posible pero nunca he logrado robarle un beso a ninguna mujer. Supongo que algunos solo fuimos hechos para ser usados y otros para ser amados. Pero la esperanza es lo último que muere.
Hoy saldré otra vez y espero poder conseguir ese beso que tanto añoro.