(Barrio de Balvanera, también Once. Personaje: Enrique Santos Discepolo)
Calle Paso número ciento trece hace muchos años, allá por mil novecientos uno un veintisiete de marzo justamente en el barrio del Once, nacía quien dijo:" De chiquilín te miraba de afuera como esas cosas que nunca se alcanzan". . . Enrique Santos Discepolo; tu cafetín, tu esquina, tu niñez desolada. Tu espíritu y tus tangos todavía permanecen en tus calles, son los duendes de un ayer aislado y taciturno que se atan a la plaza; tu plaza Miserére, con el Congreso que te mira desde atrás. Te veo Discepolín andando por tu calle Paso esa que te vio nacer, das vuelta por Sarmiento seguís por Pueyrredón y Corrientes te recibe con sus brazos abiertos. Es la noche de Balvanera la que no puede olvidarte. El progreso que tímidamente te fue cambiando el lugar con los colores de la modernidad y un rosario de comercios que van avanzando año tras año. Si recorres no te confundas tu casa siempre es tu casa y está tal cual como entonces, nadie tocó tus recuerdos, tu cuna ni tus tristezas, sólo que ha pasado el tiempo y siempre hay renovación. Pero te comento Discepolín que el alma de tu barrio esa historia que un día brotó aún deambula silbando bajito y es cimiento que no se quebró. Siempre leí sobre ti y es tu barriada la que me enciende hoy, la que me envuelve en su hojarasca de recuerdos y hasta creo que camino tu ayer. Me da pena que todo transcurra y que una remembranza ocupe tu sitial. Quizás en algún lugar remoto tu presencia y tu barrio vuelvan a renacer, mientras tanto yo sigo leyendo "Tu cafetín de Buenos Aires" que en sus versos dice así: "Sobre tus mesas que nunca preguntan, lloré una tarde el primer desengaño, nací a las penas, bebí mis años y me entregué sin luchar" Querido Discepolín, jamás supiste cuanto te lloraron, y fue tu "tengo frío" final el que dejó en todos ese estremecimiento que al recordarte, regresa una y otra vez. Tus versos y tu música estarán en cada esquina y en cada cafetín de tu entrañable barrio de Once o Balvanera que importa cuantos nombres le hayan puesto está allí donde tu alma sigue componiendo mientras la melodía de tu "Sueño de Juventud" se apodera del lugar. La magia de la noche ha comenzado, el vals se oye y un grupo de jóvenes comienzan a danzar.